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14.10.2021 Críticas  
Ven a ponerte las botas

El musical Kinky Boots ha llegado a Madrid. LetsGo, en asociación con Rimas Producciones, estrenan el nuevo Espacio Ibercaja Delicias con un espectáculo que ha ganado la categoría de Mejor Musical en todos los grandes premios relacionados con el mundo del teatro. Daniel Diges, Tiago Barbosa y Angy Fernández encabezan un elenco con el que ponerse las botas.

Kinky Boots es un musical basado en la película homónima de 2005, con música y letras de Cyndi Lauper y libreto de Harvey Fierstein. Su trama central gira en torno a la vida de Charlie Price, un joven recién instalado en Londres que tras la repentina muerte de su padre se ve en la obligación de regresar a Northampton y hacerse cargo del negocio familiar: una anticuada fábrica de zapatos al borde de la bancarrota. Desesperado, Charlie no sabe qué hacer con un legado que rechaza pero que no quiere dejar morir por respeto familiar. Una noche, este acabará en un bar de drag queens donde conocerá a Lola; un fabuloso ángel de ébano que le ayudará a diversificar el producto y a encontrar su propio camino.

Tras un periodo de prueba en Chicago, el musical original se estrenó en 2013 en el Al Hirschfeld Theatre de Broadway, con Stark Sands como Charlie y Billy Porter como Lola; donde permaneció en cartel durante seis años, obteniendo multitud de reconocimientos entres los que se incluyen seis premios Tony. Posteriormente, Kinky Boots también ha podido verse en el West End londinense y en numerosas ciudades a lo largo de todo el mundo. Ahora el musical llega a Madrid para, como dicen ellos mismos, «calzarse a toda la ciudad».

La historia que nos propone Letsgo y Rimas Producciones ha sido levemente adaptada en su primera canción y es una decisión que, a dia de hoy, sigo sin entender. En las funciones de Madrid, no veremos a Charlie y Lola (Simon) de niños y su relación directa con sus progenitores (presentes en la primera canción del espectáculo). En el musical original, podemos ver el cambio de pensamiento de Charlie desde que tiene unos 8 años y está totalmente maravillado por el negocio familiar, el cual su padre quiere traspasarle algún día; de ahí el nombre de la fábrica (Price e hijo). De mayor, Charlie conoce a Nicola, quien se convierte en su novia, y deciden mudarse a Londres para convertirse en agentes inmobiliarios, renegando así de la tradición familiar. Por otro lado, conocemos a Simon, un niño de la misma edad que Charlie cuya familia desestructurada no le deja ser él mismo. De escondidas de su padre borracho y controlador (el cual tampoco vemos), consigue unos stilettos rojo fuego y aprende a caminar con ellos. Estos zapatos le hacen sentirse fuerte, poderoso, realizado y seguro de sí mismo. Pero cuando su padre lo descubre y se da cuenta que su condición sexual no es la que él desea para su hijo, lo apunta a boxeo para que se haga un hombre.
Aunque esta pequeña y corta historia inicial de la primera canción parezca insulsa y fácil de eliminar, es importante para entender el cambio de pensamiento de Charlie y cómo Lola llega al mundo. También ayuda al público a entender el último solo que Lola canta (dónde lo canta, porqué lo canta y a quién se lo canta) antes de iniciar un viaje que cambiará su vida para siempre. Una decisión de la dirección del musical o de la parte empresarial que sesga parte de la historia.

Por su parte, la dirección que Ricky Pashkus, director general, y Víctor Conde, director residente, impregnan en el musical es ágil y dinámica. Con tiempos, pausas y reacciones del elenco muy bien medidos, nos presentan un producto que nos hará levantarnos de la butaca.
En lo que la parte técnica se refiere, destacar la escenografía diseñada por Jorge Ferrari. La fábrica Price e hijo, el bar de los ángeles…. todo ello es sencillamente perfecto. La única cosa que no me convenció en absoluto fue el telón de Milán que, comprendo, es necesario para cambiar la escenografía de la fábrica a la pasarela pero que creo que podría haberse planteado de otra forma más seductora.
Por otro lado, destacar también el espectacular diseño de luces de Valerio Tiberi y el maravilloso diseño de maquillaje y peinados de José Sedano en conjunción con la fantástica creación de vestuario de Verónica de La Canal y Alejandra Robott. Y no olvido el diseño de botas de Luciano Marra quien ha creado una línea perfecta para el musical en Madrid.

En lo referente al elenco protagonista, he de admitir que Daniel Diges está increíble como Charlie. Su voz y tesitura es perfecta para el personaje y su actuación es impecable. Destacar los momentos en los que Charlie sufre una ansiedad terrible por querer llegar a todo sin pedir ayuda; en esas escenas Diges es oro.
Tiago Barbosa como Lola es estupenda. Tiene todo lo que Lola necesita: voz, personalidad, jugueteo, seguridad… Cantando su actuación es impresionante y en texto, podemos diferenciar la dualidad Lola-Simon que tan necesaria es de notar por el público para entender su historia. Eso sí, Tiago necesita trabajar su dicción Española lo antes posible, ya que en muchos momentos su marcado acento Brasileño nos hace perdernos en sus palabras sin llegar a comprender lo que el personaje quiere comunicar.
Por último, la joya de la casa es Angy Fernández quien nos presenta una increíble Lauren. Ella, tan modosita en sus inicios del espectáculo, transforma el musical poniéndolo patas arriba en cuanto el foco la ilumina. Angy atrae todas las miradas y no es para menos; su entregada actuación se merece todos los aplausos y el público en pie que me consta tiene cada noche. Cuando escuches ese «No, oh no. Para, para…» que inicia su canción, prepárate, porque ahí Lauren se transforma y Angy empieza a robarse el show.

En lo referente al elenco, las Angels (Álvaro Cuenca, Danel Xabier Nogales, José Gabriel Atienza, José Montero, Sergi Terns y Jordi Díaz) se llevan la mención de honor. Cuando ellas aparecen, elenco y público enloquecen. Ellas son el frenesí del espectáculo, el alma de la fiesta, el target directo del nuevo Price e Hijo. Su actuación es tan glamurosa que a todos nos dan ganas de ponernos unos tacones y salir al escenario. Sin ellas el musical sería otro tipo de espectáculo.

También me gustaría destacar varios personajes del elenco que llamaron mi atención. Daniel Huarte como Don nos trae un personaje que aprende a cambiar él mismo cuando acepta a los demás. Daniel consigue que odiemos a Don pero, tras avanzar en la historia, empezamos a comprender el porqué de sus inseguridades, a aceptarlo y, sobretodo, vemos cómo él empieza a aceptar a los demás. Don pasa de ser un individualista machista y homófobo a darse cuenta que el problema lo tiene él. La transición actoral que Daniel Huarte nos muestra en escena es creíble y compensada.
Lo mismo nos ocurre con Trish, interpretada por Malia Conde. Ella empieza como un personaje que no tiene mucho que decir pero las injusticias la hacen explotar. Todos tenemos una amiga así, calladita, que aguanta lo inaguantable y que, en el momento que ya no puede más, revienta y dice 4 ó 5 verdades. Malia marca durante la obra toda esta evolución de su personaje: la ves sufrir, comentar, crecerse… y, al final, imponerse. Un recorrido actoral fantástico que revisar desde la butaca. Ah, y no olvidemos que, a veces, su personaje tiene una bis cómica cuando interactúa en alguna de las canciones o con algún otro personaje del elenco.
Destacar también el trabajo de Kristina Alonso quien borda su personaje de Nicola. Una chica joven que sabe lo que quiere en la vida y que no dudará en conseguirlo; ya sea acompañada o por su cuenta. Y, Marc Flynn como Harry, el amigo de la infancia de Charlie, que siempre está ahí para ayudarlo en lo que sea; aunque le cueste más de un disgusto. Ellos, acompañados de Omar Calicchio, Mary Capel, Laia Prats, Lucía Ambrosini, Clara Lanzani, Javier Santos, Roc Bernadí y Javier Ariano completan un elenco bien preparado para un musical exigente.

Por último, mención especial a la orquesta en directo formada por un total de diez músicos (Miquel Tejada, Gonzalo Fernández, Patxi Pascual, Daniel Rouleau Alejandro Abellán, Felipe Arroyave, Carlos Maeso, Pato Muñoz, Mateo Arroyave y Juandi Pascual) dirigida magistralmente por Julio Awad. Un gustazo poder disfrutar de las canciones ideadas por Cindy Lauper interpretadas con tal precisión y cariño.

Kinky Boots ha llegado a Madrid y tiene pinta que va a estar mucho tiempo pisando fuerte en la capital. Quién sabe si pronto podremos disfrutarlos en gira; esperemos que sí. De momento, disfruta de este canto a la libertad y la amistad con una música de ensueño. Ven a ponerte las botas.

Crítica realizada por Norman Marsà

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