Presentar un musical cuyo nombre es tan escatológico presenta serias ganas de que la gente acuda a verlo pero si además, sabemos que tras él, están los creadores de Pegados El Musical; hace que el musical sea demasiado atractivo como para perdérselo.
Quién más y quién menos conoce la historia de Piero Manzoni. Uno de los grandes nombres de la industria del arte que intentó revolucionar la visión de este creando piezas como mofa a los supuestos entendidos y compradores. Manzoni creaba piezas insulsas y sin arte (según su visión) y las vendía a precio de oro.
Por otro lado, su visión real del arte no vendía, lo que hizo que Manzoni creara su pieza más conocida, su gran mofa sobre el arte: 90 latas de metal de 5 cm de alto y un diámetro de 6,5 cm que él mismo enlató y etiquetó como MIERDA DE ARTISTA; las cuales contenían sus excrementos.
Actualmente, algunas latas están en las galerías de arte más famosas del mundo, entre las que se cuentan el Museu d’Art Contemporani de Barcelona, el centro Georges Pompidou de París, la TATE Gallery de Londres y el MOMA de Nueva York. Las latas de MIERDA DE ARTISTA supusieron una de las críticas más radicales sobre la valoración de las obras de arte. En el año 2007 se llegó a subastar un ejemplar por 124.000€.
Kaktus Music, o lo que es lo mismo, Ferrán Gonzalez y Joan Miquel Pérez, han creado un musical sobre la historia de Manzoni. Un musical revolucionario que cada noche llena de carcajadas la sala del Teatro Poliorama de Barcelona.
Dirigido por Alicia Serrat e interpretado por ambos escritores acompañados de Gemma Martínez, Xènia Reguant, Nanina Rosebud y Frank Capdet el musical critica con mordacidad y buen hacer el mundo del arte; incluyendo los propios artistas, marchantes, representantes, periodistas, etc.
MIERDA DE ARTISTA es un musical que no te dejará descansar. Cada personaje, ideado de forma milimétrica, hace que el público no pierda de vista a los actores que los interpretan y emita carcajadas cada vez que este aparece en escena. Alabanzas merecen los trabajos de Nanina Rosebud por su interpretación de la periodista Paola y Gemma Martínez por la esperpéntica marchante, Sofía, quienes, acompañados de Ferrán Gonzalez (quién aparece en casi todas las escenas) hacen que el musical tenga un ritmo frenético como Kaktus Music nos tiene acostumbrados.
La escenografía, muy bien cuidada y sencilla, dota de movimiento al espectáculo cuando los personajes se trasladan por las calles de la Italia de 1961. Una forma muy sencilla, junto a la luz del escenario, de pasar del estudio de Piero a la galería de exposiciones o, incluso, a la iglesia de la ciudad.
Aunque el musical se extiende un poco, el espectáculo engancha al espectador. Cada personaje tiene su historia personal, cada uno tiene sus manías y delirios. Cada uno, más loco que el otro, hacen que Piero Manzoni se convierta en la persona más cuerda del espectáculo (aunque no olvidemos que vendió su mierda a peso de oro).
Tras disfrutar de este musical nos planteamos el arte de una forma diferente; y es que para lo que para unos puede ser una estupenda maravilla, para otros puede ser solo mierda; MIERDA DE ARTISTA.
