Juicio al extranjero de Íñigo Santacana es el último montaje de la ‘Nueva Hornada’ del mes de abril de El Umbral de Primavera de Madrid y a lo que se asiste es a una obra participativa en la que jugar a ser los protagonistas de la novela “El Extranjero” de Albert Camus, recreando un juicio público en el que juzgar al señor Mersol.
Es cierto que no es necesario haberse leído la obra de Camus para entrar en la dinámica de Juicio al extranjero, donde los hechos marcan que un hombre ha sido asesinado a disparos en un manantial, a manos del señor Mersol, tras un enfrentamiento con su amigo Raimundo. El calor, la premeditación, o el azar será lo que el jurado y la defensa deberán rebatir contra un fiscal pidiendo la pena máxima, y un jurado popular ante el que presentar su juicio y posterior defensa del juez.
Juicio al extranjero no es teatro-teatro como aquella no era una casa-casa para Marisa en “Mujeres al borde de un ataque de nervios”; al igual que tampoco llega a ser una obra participativa en la que la audiencia se llegue a sentir realmente parte de una intriga judicial, no ya porque decidas no participar y optar por dormirte, como un señor eligió en mi función, sino porque la dramaturgia y dirección de Íñigo Santacana y ayuda de Luis Maesso en sala está ya marcada y esa es precisamente la guía de la que se vale el espectador para moverse de forma estática por el montaje.
El verdadero azar es el público asiste en cada función y lo dispuestos o desenvueltos que estos estén para este juego de rol en vivo. Me es muy difícil intentar valorar esta experiencia escénica, que no teatral, a no ser que consideremos que todo lo que cuente con una mirada y un espacio común como asevera Pablo Messiez sea teatro, que en ese caso, pero la vivencia no es tal, o al menos yo lo viví así. El azar jugó en mi contra, está claro.
Estoy muy a favor de nuevos lenguajes escénicos, experiencias y experimentos con audiencias como elementos dinamizadores y captadores de nuevos públicos de la escena teatral, y es por ello que precisamente el teatro de Carlos Tuñón, aquí asesorando en la dramaturgia y dirección, considero que es tan interesante al menos en la propuesta formal que suele plantear; y aquí podría llegar a exponer otros tantos ejemplos de compañías emergentes o veteranas que conciben el teatro como algo más que interpretar un texto. Juicio al extranjero lo coloco más en el mundo de las escape rooms, las gymkanas urbanas o los juegos de rol que en la dramaturgia contemporánea y el hecho escénico aunque este acontezca. Es un buen plan que hacer en compañía de amigos, que puedan llegar a copar el protagonismo de los papeles activos de la trama, y en el uno pueda realmente involucrarse por estar en familia, pero como teatro aún le queda afinación según la experiencia vivida en sala.
Crítica realizada por Ismael Lomana
