Ya hace un siglo que nació Leonard Bernstein y aunque destacó por sus composiciones y como director de la Filarmónica de Nueva York, también fue conocido por sus trabajos relacionados con los escenarios de Broadway (“On the Town”, “Wonderful Town” y “Candide”) hasta componer la música de West Side Story, la que posiblemente sea la más conocida de sus obras.
Con motivo de la celebración de su centenario, la OBC (Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya) se ha reunido en L’Auditori de Barcelona para interpretar en directo la banda de sonora de esa historia moderna de Romeo y Julieta ambientada en el lado oeste de Nueva York y lo hacen junto a la reposición de la película en pantalla grande y en la sala Pau Casals.
Un total de 107 músicos, repartidos principalmente entre las cuerdas pero también en viento y percusión, llenaban el escenario y afinaban sus instrumentos antes del comienzo de la proyección. Unos minutos más tarde, se daba paso al que iba a dirigirlos: Ernst Van Tiel. Holandés que ya dirigió por primera vez hace dos años a la OBC con la proyección de la película Titanic con banda sonora interpretada en directo y donde ya repitió en enero en las primeras tres sesiones de West Side Story; también está girando actualmente por todo el mundo con la película “The Artist” como director de la orquesta que acompaña interpretando la banda sonora en directo de la película, de la cual él fue el director de la grabación original.
Tres razones hay para que en enero fuera un éxito y que ahora en julio vuelva a llenar la sala este proyecto. La acústica de la sala, concebida precisamente para albergar proyectos musicales, es espectacular (he aquí una gran diferencia con el sonido que percibimos, por ejemplo, en otro tipo de espacios con proyecciones similares). No solo como suena la orquesta, que por el número de instrumentos (solo en vientos había 66 músicos) ya es impresionante en sí misma, sino por la calidad de la resonancia en el espacio y del excelente sonoridad de la proyección.
Pero, evidentemente, la perfecta ejecución de los músicos es otro factor esencial. La calidad de la OBC es indudablemente extraordinaria y por ello una orquesta fundada en el 1944, como consolidación del proyecto personal de Pau Casals que fue interrumpido por la Guerra Civil, aún sigue en activo hoy. El sonido limpio y armonioso fue excepcional y realmente queremos felicitarles por su enorme esfuerzo y trabajo en este concierto que dura 2 horas y 34 minutos.
Finalmente, todo esto no sería posible sin el arduo trabajo del director. La experiencia de Van Tiel se percibía en sus movimientos y en su dedicacion para conseguir que el recital haya sido el éxito que fue. Y con toda razón, a su conclusión levantó al público como agradecimiento en una larga ovación con aplausos.
No nos cansamos de iniciativas como estas, donde se mezcla el amor por el cine y la música. Y agradecemos especialmente estas ocasiones en las que se puede recordar a genios como Bernstein, que ya nos dejaron hace un tiempo, pero que siguen presentes gracias a oportunidades como estas de poder escuchar en directo uno de sus musicales que ha quedado como referencia en la historia de los musicales de Broadway.
Crítica realizada por Diana Limones
