En el Teatro Alfil de Madrid se representa Buffalo, una comedia a rimo de country con música en directo escrita por David Barrocal y David Oliva.
El lugar escogido para esta representación ha sido la polivalente y céntrica sala en la que puedes disfrutar de sus espectáculos desde las tres filas de butacas situadas al fondo o bien desde una de las sillas y mesas colocadas delante mientras saboreas tu bebida favorita.
Los jueves se suben a las tablas Ángeles Martín, Alberto Amarilla, Juan Dávila, Alicia Ledesma y el músico Jack Jamison para narrarnos la historia de varios personajes que coinciden en una clase de country en un sótano abandonado de la capital. Juntos, a pesar de que el baile no es lo suyo, deciden apuntarse a un concurso para ganar el dinero que Dolly –americana que se gana la vida dando clases de country- necesita. Martín, un hombre abandonado por su prometida y cansado de que todos le vean como un perdedor pero que sigue manteniendo su optimismo frente a todo; Jota, un entendido de los negocios oscuros y Mary, sacrificándose con el cuidado de su novio que lleva más de dos años en coma, nos hacen pasar algunos momentos cómicos, otros más tristes y algunos reflexivos acerca del amor, la amistad y la esperanza.
La escenografía es sencilla y está compuesta por varios fardos que los propios actores mueven de un lugar a otro en función de la escena que se esté representando. Existe una estupenda utilización del espacio que, gracias en gran medida a la iluminación, nos permite seguir cada suceso, realzando el relato en determinados momentos. Maravilloso vestuario, que van cambiando ellos mismos, acorde a la línea de la obra y todo ello acompañado por una de las claves de Buffalo: la música en directo. Factor que hace de Buffalo una obra mucho más apetecible gracias también a las fabulosas coreografías que se marcan los cuatro protagonistas. Aunque lo que realmente mantiene en pie la función es el trabajo de los actores y actrices destacando a Ángeles Martín por su brillante trabajo, aunque también me gustaría resaltar las escenas que comparten Juan Dávila y Alicia Ledesma, ambos interpretan a personajes capaces de arrancarnos una sonrisa pero al mismo tiempo nos dejan con el alma encogido; se nota la complicidad entre ambos y gracias a ello nos regalan momentos reflexivos.
En definitiva, Buffalo es lo que parece: una comedia con bastantes estereotipos y chascarrillos que nos permite pasar un rato agradable pero que no deja mucha huella, excepto la de sus intérpretes haciendo un magnífico trabajo sobra las tablas. ¡Y no se olviden de hacerse una foto con los actores y actrices!
Crítica realizada por Patricia Moreno
