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07.10.2016 Críticas  
Innovación musical

DON JUAN, UN MUSICAL A SANGRE Y FUEGO realizó su gran estreno ayer 6 de octubre en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía. Una versión en formato musical del clásico español escrito por el dramaturgo José Zorrilla y publicado bajo el título de Don Juan Tenorio.

El compositor mexicano Antonio Calvo, el director artístico Ignacio García, el coreógrafo Tino Sánchez y el productor Alejandro García, hacen posible la realización de este ambicioso proyecto tras más de una veintena de años trabajando duramente para que éste viera la luz.

Actualmente es complicado que el público acuda a ver una obra clásica, pero creo que, de manera acertada, el equipo del musical ha buscado innovar de tal modo que personas de todas las edades tengan interés en este espectáculo. Así se nota desde sus inicios y así se siente al salir.

Por otro lado y antes de seguir, debo añadir que tengo un gusto especial por el género musical pero, personalmente, las apuestas que existen en estos tiempos van sobre seguro; la innovación es una característica inexistente, algo que llevo echando de menos desde hace algún tiempo. DON JUAN sabe que se puede contar una historia cargada de emociones y sentimientos a través de la música y, eso, es precisamente lo que nos demuestran: experimentación con lo clásico, lo mezclan con lo moderno y abren nuevos caminos, hasta entonces, inexplorados. Los textos de Zorilla se respetan al máximo. Un delicado trabajo ese de mezclar lo antiguo y lo contemporáneo con tanto cuidado y esmero.

Las aventuras amorosas – diversos trucos de seducción y mentiras para conseguir a sus amantes- del conocido conquistador Don Juan, se envuelven de un inmenso despliegue escénico al más puro estilo Broadway; una gran producción que nos sorprende a cada momento.

He acudido al Teatro de la Luz Philips Gran Vía en otras ocasiones en las que el escenario se quedaba pequeño para lo que se estaba representando. Esta vez no he tenido esa sensación por lo que imagino que las tablas se habrán ampliado al máximo posible para ser capaces de encajar toda la escenografía y sus recurrentes cambios que combinan a la perfección con una proyección en pantalla gigante; permitiendo a espectador introducirse de lleno en la historia.

De esta manera, la escenografía es un punto fuerte que acompaña en todo momento las espectaculares voces de los actores, que se despliegan por el escenario a través de números muy bien ejecutados.

En lo referente al elenco, debo decir que los personajes son muchos por lo que resulta complicado que destaquen de manera individual. Aunque sí me gustaría hacer mención especial a Tony Bernetti que interpreta a Don Juan y a Estíbaliz Martyn, que interpresa a Doña Inés. Ambos nos deslumbran con su talento frente a la complejidad de sus personajes. Lástima que a veces la dicción de los actores se vea lastrada por un excesivo volumen de la música, lo que dificulta entender con claridad el texto. En diversos momentos el sonido podría ser mejor, problemas técnicos que espero que se vayan corrigiendo con el tiempo.

El vestuario a manos del diseñador Juste de Nin se transforma a un estilo actual contemporáneo, sin perder la fidelidad a la historia original; aquí visten prendas más ceñidas y descubiertas que otorgan cierta sensualidad y actualidad a la función.

En definitiva: Los amantes de la clásica obra y del género musical, tendrán próximamente una nueva cita en la Gran Vía madrileña. Un gran despliegue de medios en un musical que aspira a convertirse en todo un referente de la innovación musical.

Crítica realizada por Patricia Moreno

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