El pasado 9 de Julio Ismael Serrano y su equipo salían al escenario del Teatre Grec para presentarnos su nuevo álbum. Esta vez un trabajo diferente al resto: LA LLAMADA.
A pesar de que la puesta en escena parecía menos entregada que de costumbre a la temática de la gira, una proyección en la pared rocosa que arropa el escenario auguraba un nuevo concepto de concierto desde el primer tema. Así mismo, una segunda batería con numerosos instrumentos de percusión nos adelantaban que este iba a ser un concierto con mucho ritmo.
Como bien explicó Ismael, este nuevo álbum pretende evocar la llamada de salida a las calles al más puro estilo del carnaval uruguayo al son de los tambores. De este modo es como metafóricamente se llama al pueblo a tomar las calles, a alzarse, a opinar y a no perder la esperanza en los tiempos y circunstancias que por decisiones políticas nos está tocando vivir.
Ismael empezaba sobre una alfombra, entre trípodes, árboles luminosos, 4 guitarras a su espalda y la compañía de Jacob Sureda (teclados), Juan Carlos Melián El Pana (percusión), Valentín Iturat (batería) y Josemi Garzón (bajo). Arrancaba su concierto cargado de mensajes políticos y sociales, más necesarios y presentes que nunca.
No existe la improvisación, no hay ni una palabra que salga de la boca de Ismael que no esté escrita en el guión y de este modo tan dramático y sobreactuado que tiene, nos empieza a enumerar estadísticas sobre los acontecimientos más humanos de actualidad invitándonos a viajar al corazón de la galaxia. Con dedicatoria incluida a la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, Ismael hizo levantar al público con temas como “La Casa y el Lobo” y “Papa cuéntame otra vez”.
A pesar de las nuevas melodías que imprimen un carácter sudamericano, sus anteriores trabajos suenan más elaborados, con una interpretación más sentida y haciendo más personal cada canción.
Acostumbrados a la voz y dicción de Ismael, en este concierto no se entiende por qué los sonidos y la instrumentación camuflan su voz difuminando su vocalización y en ocasiones haciéndola poco descifrable. Aquellos que no conocían las letras se pudieron quedar con la amarga sensación de no haber entendido algunas partes y de no haber disfrutado tanto de algo tan importante como son los mensajes de las letras de Ismael.
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Crítica realizada por Milena Vazquez
