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08.11.2023 Críticas  
Un príncipe para celebrar 30 años de corales infantiles

La Federación Catalana de Pueri Cantores, de origen y esencia cristiana, lleva tres décadas agrupando corales y escolanías para difundir un mensaje de paz a través de la música. Para celebrar su 30 aniversario, ha presentado en el Teatre Auditori de Granollers una versión escenificada de la película de animación El Príncipe de Egipto sobre la vida de Moisés y la liberación de los esclavos hebreos bajo el poder del faraón.

Tras el duro golpe que significó la pandemia para el mundo coral, y en particular para el mundo coral infantil, la Federación Catalana de Pueri Cantores quería hacer algo especial para celebrar sus 30 años y reconocer a todos sus integrantes, ex miembros y entorno familiar. La propuesta artística que han elegido es la adaptación de la película de Dreamworks de 1998, escrita por Philip LaZebnik y Nicholas Meyer a partir del relato bíblico del Éxodo. El musical cuenta con versión teatral desde 2017 y se estrenó hace tres años en el West End (un montaje que fue afectado por la misma pandemia del Covid), pero en este caso han ido directamente a la fuente cinematográfica, adaptada por Quim Carreras.

Las corales participantes han sido cuatro: la Sol Ixent y la Albada de Granollers (dirigidas por Mercè Miró y Jordi Piccorelli, este último también director musical del espectáculo), la Escolanía Parroquial de Sant Esteve de La Garriga (a cargo de Marta Torrents) y la Escolanía del Templo de la Sagrada Familia de Barcelona (dirigida por Oriol y Neus Sánchez). Casi 80 integrantes dieron vida a los esclavos hebreos, la corte egipcia y el pueblo de pastores de Madián, entonando los himnos escritos por Stephen Schwartz con una plasticidad particularmente potente en los números de apertura y final, además de durante la secuencia de las plagas de Egipto.

Allá donde no llegaban las palabras, durante varios números instrumentales con la música de Hans Zimmer, les acompañó un cuerpo de baile de cinco integrantes, Ariadna Reyes, Isona Cuesta, Julia Junn Martínez, Helena Travé y Nil Tahtakesen, que representó no solo los bailes faraónicos sino también conceptos más abstractos, como el ángel exterminador de la plaga final, con coreografías de Àgueda Murillo.

Al elegir una producción teatral antes que un simple concierto, a los números corales de conjunto se les unieron por necesidad personajes protagonistas y secundarios que emergían de los grupos para llevar la carga de la trama. Dirigidos por Jordi López, de entre los protagonistas destaca el encargado de Moisés: Joan García Gomà, barítono profesional, el artista más completo de la gala, con una interpretación como actor y cantante sobresalientes, y en ascenso constantes. Tuvo buenas escenas con su familia adoptiva egipcia, su hermano Ramsés (Miquel Garcia) y su padre Seti (el veterano Carles Masjuan), y gran química con su esposa Séfora (Elena Oliver). Otro de los veteranos, Lluís Cañellas, comenzó con algunas dudas su interpretación como Jethró, el caudillo de Madián, pero se fue haciendo cada vez más entrañable como patriarca hasta completar su número musical, «La mirada celestial», con un triunfo total. Desde el punto de vista vocal, muy destacadas tanto la Míriam adulta (la fantástica actriz y cantante Eli Paulet), como su versión infantil, Irene Pozo, con un breve pero maravilloso solo durante el número inicial de «Libéranos».

En el aspecto instrumental, trabajo absolutamente impecable de la Orquesta Sinfónica de Sant Cugat, con una densidad, timbre, sonoridad y conjunción magníficas. Los arreglos de David Bozzo, tanto para las canciones como para la banda sonora (incluyendo oberturas y suites), sonaron magistrales. Quiero señalar en particular el impresionante trabajo de Carme Garrigó a la percusión, uno de los más integrados y matizados que he podido oir en una banda sonora.

La escenografía (a cargo de Lluís Cañellas, el director Jordi López y Rafató Teatre) oscilaba entre buenas ideas para crear espacios con los medios justos y otras menos logradas, que obligaron a pasar por ejemplo muy de puntillas por la secuencia del homicidio que comete Moisés como Príncipe y que lleva a su huída de Egipto. El vestuario de toda la troupe, con la colaboración de siete entidades, fue apropiado y convincente para la época y las edades representadas.

Ha sido todo un proyecto construido a lo largo de muchos meses por las corales individualmente y ensayado en las últimas semanas en conjunto. Un espectáculo amateur pero muy preparado, con colaboraciones profesionales bien integradas, de la mano con el resto de intérpretes, que dejó un muy buen sabor de boca a un Auditori de Granollers lleno hasta la bandera, tanto que hubo que habilitar una segunda sesión el mismo día, porque se agotaron las localidades de la primera. Celebrando las corales infantiles, el trabajo en equipo multigeneracional y multidisciplinar, y con un mensaje definitivo de libertad… y de amor por la música.

Crítica realizada por Marcos Muñoz

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