novedades
 SEARCH   
 
 

14.04.2021 Críticas  
Maravillosa renuncia a la lógica lineal y uniforme

El Mercat de les Flors de Barcelona ha recibido la visita Ayelen Parolin. La coreógrafa y bailarina ha presentado Weg (además de Wherever The Music Takes You II y with) donde nos ha sorprendido con una de las exploraciones coreográficas más dinámicas y evolutivas sobre las diferencias de la condición humana que hemos visto en mucho tiempo.

Una magnífica pieza que encuentra en la anarquía individual el más armonioso caos corpóreo. Resulta muy interesante adentrarse en la dramaturgia diseñada por Olivier Hespel. De un modo tanto implícito como explícito, el lenguaje que se establece es totalmente coreográfico. No requeriremos de texto y sin embargo la expresividad (entre el desconcierto, la sorpresa y la curiosidad) que transmiten los intérpretes complementa y amplifica en todo momento cada movimiento, individual o seriado. El trabajo de Parolin es excepcional y realmente útil de puertas hacia fuera del espacio escénico. En este contexto, y en paralelo al estado anímico expansivo que desprenden los intérpretes, el sensible diseño de iluminación de Laurence Halloy amplía y da cabida a esa expresividad no por desbocada menos incluida e inclusiva dentro del sentido de la puesta en escena. Si esta labor se centra más en lo intrínseco, el extraordinario vestuario de Wim Muyllaert apoya a que las bailarinas y bailarines subrayen su propia individualidad (física y perceptiva).

La interpretación de Baptiste Cazaux, Bianca Zueneli, Daan Jaartsveld, Dan Mussett, Daniel Barkan, Jeanne Colin, Piet Defrancq y Kinga Jaczewska parte de la observación para realizar a través de la coreografía performática una reveladora muestra de la subjetividad de y en las relaciones humanas a partir de la reverberación y vibración de los cuerpos por imitación, variación e innovación. La adecuación a los requerimientos de la propuesta, precisamente, a través de las capacidades y habilidades de los propios cuerpos y de sus características les convierte en uno de los elencos que más hemos podido disfrutar esta temporada sobre las tablas de esta casa. Tan hipnótica su danza como aprehensiva y transmisora de un estado de ánimo progresivo y, en última instancia, eufórico gracias a la consecución de las intenciones de la pieza.

La presencia escénica y la creación musical de Lea Petra configura y da contexto a este lenguaje tan complejo como orgánico. La alter ego sonora de Parolin explota hasta la más insólita de las posibilidades que permite el piano, tanto corpóreas como musicales, en constante choque con cajas de CD que se utilizarán como inesperados percutores de las teclas y las cuerdas. Con respecto a la coreografía y su interpretación, se crean imágenes sobre acciones y viceversa, magnificando el poder transformador de la música cuando no existen las palabras. Una vez más, esto se aplicara al mismo tiempo para cada individuo en concreto y, a la vez, al grupo resultante de cada peculiaridad corpórea y por extensión de su flujo oscilante del movimiento. Rupturas y choques constantes que consiguen encontrar una polifonía dentro de la aparente y caótica disonancia.

Finalmente, Weg dibuja ocho caminos individuales (nueve, contando el de Petra). Bailar e interpretar el tumultuoso desorden se convierte en un itinerario apasionante cuya segmentación trabaja muy bien con las unidades de tiempo y espacio físico y mental. Resulta prácticamente inexplicable (por lo menos mediante palabras) este no inicio y no final explícitos que, sin embargo, despiertan una necesidad inmensa de compartir la individualización en forma de calidoscopio. A través de este repertorio de movimientos múltiples y complejos, incluso extravagantes, asistimos a una evolución del (des)orden no lineal que consigue hacer brillar como puntos fuertes lo que en un examen al uso serían puntos de mejora de cualquier ser humano. A su vez símil de los sistemas mecánicos corporeizados aquí en forma de impresionantes intérpretes coreográficos que nos enseñan, a través de la danza, que una nueva manera de relacionarse con el mundo es posible.

Crítica realizada por Fernando Solla

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES