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18.03.2021 Críticas  
Interesante kit de manipulación genético-escénica

La compañía Vostok Collective ha presentado su espectáculo H+ Biohacking the Dancer en la sala DAU al Sec de Barcelona. La pieza, ganadora del 1º premio de teatro 2020 que otorga el espacio, se sitúa en el terreno del teatro documental. Danza y transhumanismo se cogen la mano para explicarnos en primera persona el dilema al que se enfrenta la bailarina Encarni Sánchez.

Ideología y posicionamiento vehiculado a través de la manifestación artística. Esto es algo que debería estar bastante más interiorizado en las artes escénicas de hoy en día. Con este espectáculo se rompe una lanza a favor de que esto suceda. La presencia en escena de Sánchez resulta un gran hallazgo ya que no se nos ocurre mejor embajadora posible para mostrar(se) a través de los distintos géneros y formatos convocados. Lo que podría convertirse en una fantasía cyberpunk se torna en algo mucho más corpóreo ya que la experiencia contada en primera persona y la probabilidad planteada se nos trasladará en todo momento como una posibilidad real y que nos podemos encontrar casi literalmente a la vuelta de la esquina.

Teatro documento que de algún modo funde el formato conferencia (con la complicidad de la participación de Guillaume Cordier) con un uso bastante preeminente de la voz en off de Josefa Sánchez. De un modo progresivo y bastante bien hilvanado conoceremos el caso individual que se nos está explicando así como el entorno transhumanista como algo más o menos integrado o factible cuando no queda otra posibilidad. El relato bigger than life no se detiene tanto a explorar explícitamente las connotaciones éticas o no de lo que se plantea sino que se formula y se plantea todo el asunto como una realidad plausible. Quizá se nos congele la sonrisa en algún momento, pero este planteamiento es realmente potente y la mayor baza del espectáculo. La dirección de García Guirado refuerza esta tendencia siempre teniendo en cuenta a su protagonista.

La vestimenta de este proyecto era importante y a este respecto hay que destacar que la videocreación de Naïma Underwood, en compañía de la destacable iluminación de Pau Vila, y el uso arriesgado e impactante de la planificación del espacio sonoro funcionan. Un apoyo y refuerzo constante para que el resultado final y conjunto se desarrolle manteniendo tan particular lenguaje interno. En este contexto, la escenografía y vestuario de Miriam Alemany y Nina López aportan el aire suficiente por un lado y, por el otro, proporcionan todo un conjunto de objetos y artilugios varios que la protagonista manipula con acierto.

Precisamente, la interpretación de Sánchez es tan verosímil como ecléctica. Como oradora y dinamizadora se muestra con naturalidad y dominando la escena y su relato con compromiso y transmitiendo confianza sin embellecer o regodearse en lo morboso. Una asertividad persuasiva y elogiable que junta a la presencia e interacción de Cordier como biólogo genético real consigue que superemos el morbo más vouyerista para comprender el porqué de la protagonista y asimilemos la enorme magnitud de todo lo que aquí se plantea. Un acto responsable y crítico que no nos ahorra cierto sentido del humor y algunos momentos de danza realmente apreciables. En última instancia, depende de ella situar el desafío del progreso ante los espectadores y realmente la acompañamos en todo momento, así que misión más que cumplida. .

Finalmente, H+ Biohacking the Dancer nos sitúa en un terreno inexplorado en el ámbito de las artes escénicas. El tándem formado por Sánchez y García Guirado sabe cómo incluir la parte documental y aprovechar la presencia en primera persona con todos los referentes, figuras y disciplinas convocadas. Una pieza visualmente muy bien diseñada y cuyo contenido consigue hacernos reflexionar sobre todos los aspectos planteados y realmente actualizar de un modo humano y corpóreo el mito del moderno Prometeo.

Crítica realizada por Fernando Solla

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