A principios de octubre arranca la 4ª temporada de la Sala Hiroshima. Los rasgos fundamentales de esta etapa serán un 50% de programación de artistas internacionales, la figura del artista asociado y nuevas estrategias para la ampliación y fidelización del público. Este curso se plantea como el festival más largo del año.
En su 3º año de proyecto, la Sala Hiroshima apuesta por la figura del artista asociado, mediante el acompañamiento artístico, el apoyo a la creación en residencia y el intercambio con distintas estructuras internacionales. Los artistas asociados de la temporada 2017-2018 son: Lautaro Reyes, Eulàlia Bergadá, Núria Guiu, Kotomi Nishiwaki, Aina Alegre y Reinaldo Ribeiro. También se amplía la oferta de formación para profesionales con 8 talleres, sesiones de recursos y presentaciones de procesos artísticos.
De acuerdo con su misión de acompañamiento artístico, la Sala Hiroshima ha elegido como imagen de portada de la presente temporada a la coreógrafa Núria Guiu, presente en la 1ª aventura de este viaje y que este año vuelve como artista asociada. Siempre en movimiento, el espacio escénico quiere jugar a ser el festival más largo del año y, por eso, escoge esta imagen que nos invita a bailar hasta la extenuación.
En relación a las temáticas, se ha querido trabajar alrededor de la idea de identidad colectiva. Gran parte de los artistas seleccionados investigan en esta dirección. ¿Cómo se gesta la identidad común? Algunos artistas lo hacen desde la investigación coreográfica, buscando en movimientos concretos. Aina Alegre explora las danzas y tradiciones populares de Cataluña y del Mediterráneo, el brasileño Reinaldo Ribeiro hace lo mismo con la samba del carnaval, Núria Guiu investiga alrededor de los fenómenos de masas que se generan en redes sociales… Otros artistas de la programación buscan generar una experiencia colectiva de tránsito entre el espectador y la escena recuperando formas como el expresionismo o la performance. Es el caso del australiano Luke George o de la caboverdiana Marlene Monteiro Freiras.
Desde un punto de vista contemporáneo, los festivales son las experiencias culturales colectivas más sagradas y poderosas de nuestros tiempos, nuestros propios rituales. Partiendo de esta idea y por el hecho de trabajar siempre con dinámicas propias de un festival, la Sala Hiroshima elige como eslogan de la temporada #thelongestfestivaloftheyear. Con el arranque de estos nueve meses de presentación intensa, el espacio de creación nos invita a pensar la escena como un movimiento capaz de generar un lugar de encuentro.
La Sala Hiroshima está satisfecha con el balance y los resultados muy positivos conseguidos en sus dos años y medio de vida. Hasta hoy han pasado por la sala 20000 personas. La ocupación media ha sido del 60%, con un total de 330 funciones y 145 compañías/artistas. Además, ha recibido más de 2600 visitas profesionales en torno a encuentros, sesiones de trabajo, showcases, foros especializados y otras actividades sectoriales.
Durante la temperada 2017-2018 la Sala Hiroshima ofrece 37 propuestas artísticas, 18 internacionales y 19 locales, con 11 estrenos absolutos y otros doce en Cataluña, además de 8 talleres de formación.Tras dedicar el primer año de proyecto al posicionamiento de la sala y el segundo a la internacionalización, la sala enfoca su tercer año en la búsqueda de nuevos públicos para la escena contemporánea. Con este objetivo, la temporada se ha organizado alrededor de ciclos o blogs, que facilitarán la comunicación de las propuestas.
Puedes consultar la información sobre la programación y adquirir tus entradas en la web de la Sala Hiroshima.
