La Gleva Teatre recupera por unos días El sueño de un hombre ridículo de Fiódor Dostoyevski en versión de J.S. Aostfjord y Ricardo Moya. Una delicada pieza que se ha convertido en espectáculo itinerante por méritos propios y su incontestable capacidad para identificarse con los espacios que visita.
El Teatre Romea se convierte en una suerte de foro romano para acoger la puesta en escena de Calígula que Mario Gas ha realizado a partir de la inquietante y estremecedora visión sobre el personaje con la que Albert Camus sacudió el arte dramático allá por 1944.
El Teatre Romea sube a sus tablas un texto del escritor y periodista mexicano Juan Villoro. Un heterogéneo quinteto de intérpretes se pone a las órdenes de Antonio Castro para descubrir al público una puesta en escena mucho más accesible de lo que puede parecer la premisa argumental en primera instancia.