El Teatre Lliure convierte en realidad uno de los proyectos escénicos más esperados durante mucho tiempo. Por fin podemos disfrutar en Barcelona de las dos partes de la descomunal Àngels a Amèrica. David Selvas dirige una aproximación al original de Tony Kushner que, lejos de ser incuestionable, logra varios y sustanciosos méritos propios y momentos álgidos y relevantes.
El Espai LLiure acoge como última propuesta de esta temporada la puesta en escena de un texto del irlandés Owen McCafferty. Ferran Madico dirige un montaje enérgico que propicia el debate y la necesidad de ofrecer un espacio común de diálogo que permita la tregua entre ideologías rivales, así como la objetivación y razonamiento de algunos imperativos categóricos.