Julio Manrique se estrena como nuevo director artístico del Teatre Lliure de Barcelona dirigiendo, además, la primera obra de la temporada. Y lo hace con un Chéjov, La gavina. Primera vez con esta obra, pero volviendo a visitar al dramaturgo ruso del que ya ha dirigido o interpretado otros títulos anteriormente (Les tres germanes, Vània).
El cáustico Mike Bartlett estrenó Love Love Love (no confundir con el espectáculo musical de Ramon Gener y Jose Corbacho) en Inglaterra en 2010, para hablar de la generación de hippies de los 60 y de cómo habían llevado a sus descendientes a un callejón sin salida. ¿Seguirá vigente en nuestra sociedad, ahora que se ha estrenado en La Villarroel de Barcelona?
La propuesta, más que interesante, que ofrece la sala La Villarroel de Barcelona estos días (y hasta el 5 de febrero) es Amèrica, una historia sobre riqueza y esclavos, escrita por Sergi Pompermayer y con Julio Manrique en la dirección.
Llega al Centro Dramático Nacional de Madrid el final de la trilogía de auto ficción iniciada hace ya unas temporadas. Los últimos Gondra cierra el círculo y la saga de esa estirpe familiar de Algorta. Una auto ficción escrita por Borja Ortiz de Gondra y dirigida una vez más con maestría por Josep Maria Mestres.
Ocupa en la Sala Gran del TNC una producción de gran formato que llega a la audiencia en muchos sentidos. Se trata de un texto escrito por Guillem Clua y dirigido por Josep Maria Mestres que lleva un acertado nombre: Justícia. Una obra coral con Josep Maria Pou como epicentro que se sitúa, indudablemente, como uno de los montajes más atractivos para ver estos días.