Yo la descubrí antes de la pandemia en Sacarina, uno de los últimos montajes de La Ruta 40, y me enganchó al instante. Pero Lara Salvador tiene un largo recorrido como actriz y cantante. Varios de sus trabajos como intérprete han sido premiados. Hija de músico (el percusionista y compositor J.S. Chapi), se nota, cuando hablas con ella, que piensa y siente como artista.
El Maldà acoge una propuesta que dibuja un punto de encuentro escénico para La Ruta 40 y Davide Carnevali. Sacarina nos lleva a ese momento en el que el desencanto profesional se funde con el vital y la gentrificación hace estragos y afecta, especialmente en este caso, a todos aquellos ciudadanos que algún día eligieron la interpretación como profesión.
La sala de El Maldà de Barcelona se transforma en un local de hostelería para alojar a la Cía. La ruta 40 y su nuevo proyecto: Sacarina. Un texto de Davide Carnevali, en un fantástico tono irónico, con el que se estrena Sergi Torrecilla a la dirección.
La Sala Flyhard abre sus puertas a la nueva propuesta de Marta Aran. Els dies mentits corrobora el talento (y talante) de la autora y directora para lograr lo que pocas personas consiguen en una ficción: transgredir con sentido. La complicidad que establece con la interestelar interpretación de Lara Salvador nos arrastra e incluye en pleno recorrido de la protagonista.
El Teatre Tantarantana nos brinda la oportunidad de disfrutar por fin en Barcelona de Nosotros no nos mataremos con pistolas, una pieza de Víctor Sánchez Rodríguez que nos agarra y no nos suelta, arrastrándonos en una especie de ventarrón transversal, antropológico, completamente cabal y reflectante de una generación para la que las frustraciones se revelan.
Los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid presentan el estreno de Por los pelos, de Paul Pörtner, una producción de L’Om Imprebís y Olympia Metropolitana dirigida por Santiago Sánchez, que se representará desde el 25 de julio hasta el 18 de agosto en la Sala Verde.
La crueldad detrás de la carcajada. Rémi de Vos es un autor escarnecedor y sin miramientos y los de Obskené lo han entendido a la perfección. Lo que podemos ver en Baixos22 del Teatre Tantarantana es una burla a bocajarro al fanatismo desaforado y conservador con unos intérpretes de excepción.