El Teatro Pavón de Madrid presenta una versión, dirigida por David Selvas, en clave musical del clásico La importancia de llamarse Ernesto. Un espectáculo teatral con mucho ritmo y que está protagonizado por un elenco de lujo que hace las delicias del público.
Los dioses griegos, estéticamente actualizados pero eternamente inamovibles: eso es lo que nos presenta, en el Teatre Lliure de Barcelona, la obra L’última f**king nit (o la festa de Zeus i Hera) de Marc Artigau, una tira y afloja entre lo divino y lo humano que deja claro lo mucho de cada uno que hay en el otro y lo moderna que puede ser, en realidad, la mitología.
Todas las flores es una creación de Laia Alberch, Judit Colomer, Bàrbara Mestanza y Carla Tovias. Es una obra de teatro-manifiesto (o un manifiesto hecho obra de teatro) dedicada a nosotras, pero que mira a los ojos de todos y que se puede ver durante todo este mes, y hasta primeros de octubre, en la Sala de baix de la Sala Beckett del Poblenou de Barcelona.
La Sala Beckett estrena Todas las flores y por fin salimos del abismo teatral. Una pieza grande en el sentido más amplio de la palabra. Un grito doloroso y no embellecido. De estética oscura y poética capaz de (re)crear nuevas relaciones entre conceptos. De (re)plantear, desde una ciencia ficción no sexualizada y de fuerte impacto ideológico y visual, la nueva masculinidad.
The Mamzelles vuelven a la Sala Atrium con Mafia. Un espectáculo de creación propia y total del que destacan todos sus componentes: texto, puesta en escena e interpretación. No es habitual encontrar una pieza en la que convivan tan felizmente contenido, continente y artífices. Una suerte.