El Teatro Fernán Gómez de Madrid vuelve a acoger Tea Rooms, uno de los éxitos de la temporada pasada, gracias a la muy precisa y empática dirección de Laila Ripoll, su labor adaptando la novela de Luisa Carnés, y un casting formado por seis actrices solventes y capaces en su individualidad y muy complementadas como elenco.
Mariano Llorente y Laia Ripoll han escrito Rif (de piojos y gas mostaza), montaje dirigido por la segunda con la que recordarnos desde el Teatro Valle-Inclán (Madrid) del Centro Dramático Nacional las motivaciones, embrollos y consecuencias de las guerras entre nuestros antepasados y los autóctonos del norte de Marruecos hace ahora un siglo.
Juntar a José Sacristán con un texto de Miguel Delibes es excusa más que suficiente para sentarse en un patio de butacas. En el Teatro Bellas Artes se da esa preciosa ecuación. El resultado es una sosegada función, en la que Sacristán hace gala de su talento y que el público agradece puesto en pie.
Acontecimiento en el Teatre Romea. José Sacristán lleva a escena Señora de rojo sobre fondo gris, la novela que Miguel Delibes dedicó a su esposa. José Sámano dirige un montaje que es a la vez homenaje y testamento escénico. Ambos firman una magnífica versión del original en forma de monólogo junto a Inés Camiña. Inolvidable.
El Onyric Teatre Condal hace posible la visita de 24 hores de la vida d’una dona a la ciudad de Barcelona. Un espectáculo que vincula el nombre de Stefan Zweig con el género musical y que nos obsequia con una interpretación excelente de Silvia Marsó. Una pieza ambiciosa y arriesgada que consigue algunos momentos dignos de mención.
Dicen que el primer amor deja huella… Pero, seamos sinceros: musicales sobre primeros amores y amores verdaderos hay a docenas. Podría parecer que 24 hores de la vida d’una dona, con el que Silvia Marsó vuelve a Barcelona, trata de una viuda que descubre el amor, pero nos engañaríamos: de lo que habla este musical que podemos ver en el Onyric-Teatre Condal es de la pasión.