La Sala Beckett de Barcelona dedica un extenso ciclo a la figura de Lluïsa Cunillé. De entre todas las propuestas presentadas son las aproximaciones de Centaure Produccions y La Ruta 40 a El Jardí y Els subornats, respectivamente, las que más ahondan en el desconcierto y la fascinación que todavía a día de hoy provocan las piezas de la autora.
El Temporada Alta de Girona no ha hecho más que arrancar y ya empiezan a desfilar montajes que inundarán de cultura la provincia. Una de las compañías que siempre ha estado muy presente es La Ruta 40 que este año presentó Els subornats en el Teatre de Salt, un texto escrito por Lluïsa Cunillé con Lurdes Barba a la dirección.
El Maldà acoge una propuesta que dibuja un punto de encuentro escénico para La Ruta 40 y Davide Carnevali. Sacarina nos lleva a ese momento en el que el desencanto profesional se funde con el vital y la gentrificación hace estragos y afecta, especialmente en este caso, a todos aquellos ciudadanos que algún día eligieron la interpretación como profesión.
La sala de El Maldà de Barcelona se transforma en un local de hostelería para alojar a la Cía. La ruta 40 y su nuevo proyecto: Sacarina. Un texto de Davide Carnevali, en un fantástico tono irónico, con el que se estrena Sergi Torrecilla a la dirección.
Reiseführer es un proyecto que tenía un objetivo claro y que lo cumple con creces. Es una obra de pequeño formato que, sin moverse de los pocos metros cuadrados que forman la sala pequeña del Teatre Lliure de Montjuïc, nos trae todo el mundo a nuestros pies.
Esta temporada repite programación en el Teatre Lliure Cúbit, una obra en la que firma autoría y dirección Josep Maria Miró, tras su paso en el mismo Espai Lliure en la temporada 16/17, y por la que Anna Azcona consiguió el premio a la Mejor Actriz en los Premis BBVA de Teatre 2017.
La Sala Beckett presenta el resultado de la residencia de La Ruta 40 con Carlota Subirós. En Una lluita constant encontramos una obra teatral en la que el compromiso se mostrará tanto hacia el contenido como hacia los mecanismos de aproximación, escénicos y no. El resultado es una pieza tan urgente como reflexiva y necesaria a día de hoy. Magnífica.
El Teatre Tantarantana retoma uno de los títulos más celebrados de la última edición de Terrats en Cultura. Si tinguéssim més coca et demostraria com t’estimo es una pieza que convierte la excusa inicial en hábil maniobra para tratar varios temas, entre los que la identidad, la clase social y el amor adolescente delimitan el desarrollo de la función.
El Maldà retoma un espectáculo que, tanto por su exitosa trayectoria como por su calidad y capacidad para impactar en los espectadores, merece convertirse en obra de repertorio, tanto de la compañía como de la sala. Una función que, temporada tras temporada, no agota la sorpresa que supone descubrir su particular estructura narrativa, así como sus excelentes interpretaciones.
El Maldà se atreve con un texto del checo Václav Havel en el año en que se celebran ocho décadas del nacimiento del autor. La Trama Produccions se pone a las órdenes de Marilia Samper en un montaje que ofrece una particular perspectiva sobre la fragilidad de los seres humanos y el mundo de apariencias en el que solemos instalar nuestra área de confort.