La Sala Atrium empieza fuerte esta temporada. Fly Me To The Moon nos regala una parcela de buen teatro. Y no necesitamos viajar hasta la luna para habitarla. Un afectivo texto de Marc Angelet que encuentra una puesta en escena cómplice y armónica gracias a la dirección de Sílvia Navarro y a dos interpretaciones meticulosas y completamente sugestivas.
El Teatre Gaudí continúa apostando por el género musical y confía de nuevo en Generació de merda. Con El futbol és així (de gai) se utiliza una fórmula similar a la del espectáculo anterior para ironizar sobre el funcionamiento de un club de fútbol y las incongruencias que sólo se justifican bajo el prisma mercantil y de negocio sobre el que gira este deporte.
El Teatre Tantarantana acoge la nueva producción de la compañía Casa Real. Dante 56. Pell i ciment propone una aproximación a través de la ficción hacia unos sucesos que preferimos arrinconar u obviar en muchas ocasiones. El mirar hacia otro lado ya no tiene cabida cuando se trata de descubrir quiénes somos o fuimos y nuestro porqué en el aquí y ahora más inmediatos.
El Teatre Tantarantana se convierte en valija privilegiada y presenta en sus Baixos22 la nueva propuesta de la Cia. El Martell. El mar no cap en una capsa de sabates indaga en cómo lo que vivimos como una infancia libre ha podido configurar una vida adulta perpetradora del modo actual de concebir el mundo que nos rodea.