LA VERDAD DE LOS DOMINGOS es un entretenido monólogo que disecciona diferentes capas de la sociedad, de la vida y de cómo nos adaptamos a las distintas situaciones que nuestra existencia nos pone por delante. Reflexión sobre el uso de la verdad y la mentira, del autoengaño, de la ética y la moral.
LA VERDAD DE LOS DOMINGOS, escrita y protagonizada por Juan Bey, supone un golpe de acidez a la cartelera. El texto, entre ironía y golpes bajos nos enfrenta a lo que somos, pero que no nos atrevemos a decir. ¿Quién no miente? ¿Quién no aprovecha para robar? ¿Quién dice amor, cuando quiere sexo? ¿Qué encierran los domingos?
Juan Bey, metido en el papel de un escritor en la presentación de su último libro, no deja títere con cabeza, su afilada y aguda dialéctica va pegando zarpazo tras zarpazo. Envuelto en el clima de comedia se consigue que vayamos siendo participes de esas reflexiones y razonamientos que el autor va desenvainando sin piedad.
El aforo es reducido, la cercanía es máxima, una interacción constante con el público hace que la atención sea indivisa, en cualquier momento Juan (Héctor) nos pregunta y hay que ser sincero (o no) y contestarle.
Juan Bey, al que sólo conocía en su faceta de actor de teatro musical, desarrolla ese monologo con soltura y con garra, no es fácil captar la atención solo con la palabra, pero no solo consigue eso, consigue que incluso el público se involucre de lleno y reconozcamos verdades que quizás no quisiéramos decir en voz alta.
Temas que van desde la religión, la familia, la pareja, el amor, el sexo, la honradez, la mentira. De todo eso y más se habla en LA VERDAD DE LOS DOMINGOS. Un texto ágil, políticamente incorrecto, y una interpretación que consigue la atención.
Si quieren saber lo que encierran los domingos, acudan durante las próximas semanas a la invitación que les extiende Juan Bey, y saldrán de dudas, o no…..
Crítica realizada por Moises C. Alabau