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15.12.2015 Críticas  
Voulez vous venir au MAMMA MIA!?

Acudir a ver MAMMA MIA! es acudir a una fiesta. La locura invade tu mente preparada para cantar y bailar en un teatro donde el ambiente que se respira es puro disfrute desde que suena la primera nota. Bienvenidos a la Grecia de las playas cristalinas. Bienvenidos a la boda más esperada del año.

No hay duda que MAMMA MIA! es un musical que perdura. Los que lo pudimos ver 11 años sigue vigente en el escenario, el decorado y las canciones. Y es que el musical sigue joven.

La gente cruza las puertas del Tívoli con una sonrisa en la cara. Saben a lo que vienen. Alguno de ellos, son fans acérrimos al musical o al grupo ABBA que no pierden la oportunidad de disfrutar de sus éxitos; otros, a los que podemos llamarles «novatos», vienen por recomendación; y por otro lado, podemos encontrar padres, que disfrutaron hace 11 años del musical y ahora traen a sus hijos para iniciarlos en la música que cambio sus vidas. Eso es MAMMA MIA! Esto es lo que se vive cada noche en el Teatro Tívoli de Barcelona.

La alegría impregna las butacas del teatro y es totalmente normal. Tal es así que no hay actor o actriz que participe en el musical y no indique que para él o ella este musical es una fiesta. Así lo hacen notar en el escenario y así lo vive el público.

MAMMA MIA! se estrenó en España en el Teatro Lope de Vega de Madrid con Nina como cabeza de cartel (quien tras 11 años sigue al pie de la hacienda), y supuso un cambio en el mundo del musical Español. Los musicales ya se habían instalado en la Gran Vía madrileña y hacía años que, en Barcelona, Dagoll Dagom era el dueño de la cartelera musical de la ciudad condal. Pero este musical, el primer musical de masas español, reventó la venta de entradas encumbrándolo a convertirse en el musical de más éxito de nuestro país (hasta la llegada de «El Rey León»).

Por mi parte, pude verlo en su estreno en Barcelona, concretamente en el BTM, cuando la escasa escenografía respiraba demasiado en el largo escenario que hacía correr, de forma maratoniana, a los actores y actrices al salir de escena. Aun así, el musical impactaba, divertía y te convertía en un fan reincidente del grupo sueco ABBA.

Ahora, el musical ha vuelto a la ciudad condal; esta vez al Teatro Tívoli. Un teatro que lo acomoda mejor y que hace que, a poco que empiece la función, te traslades de la butaca al escenario. El sonido y las luces envuelven el teatro y te trasladan a la Grecia de paredes blancas y playas cristalinas.

Pero no todo es el ambiente que se crea en la butaca. El elenco es fabuloso; y muy bien escogido. Empezando por el elenco y cuerpo de baile quien con sus pequeños papeles de pueblo griego dan el contrapunto al loco «bodorrio». No hay nadie que cojee, no hay nadie que su personaje no te atraiga, no hay nadie que se escape del acting marcado de los directores ni desafine una nota (como mínimo cuando yo fui, claro). Las amigas de Sophie, son como la versión minion de las amigas de Donna. Pequeños mini-yo(s) que te harán reír cada vez que abren la boca. Laura Enrech y Lydia Fairen bordan los personajes de chicas fiesteras en sus veinte que no quieren más que diversión. Un choque ver pasar a Fairen del trágico personaje de Eponine al de Ali.

Pero si hemos de hablar de sintonía perfecta, esa es la que podemos ver por parte de Donna (Nina) con sus amigas las Dynamos; Olga Hueso (Tanya) y Eva Diago (Rosie). Estas dos últimas, han hecho crecer sus personajes en comparación con el anterior elenco. Las Dynamo son más pallasas, el contra-punto loco y necesario al estrés de Donna. No hay nada que las haga relajarse. Su personalidad todoterreno traspasa al público que esboza sonrisas cada vez que aparecen en escena.

Nina, por su parte, ha mejorado mucho a Donna. La actriz es un todo terreno que arrasa con todo y cuya vitalidad más quisiéramos alguno para nosotros. Esto estaba muy presente en el montaje anterior donde podíamos disfrutar básicamente de ella; no de Donna. Ahora, Nina ha dado un gran paso. Su personaje ha dejado de ser histriónico para convertirse en un personaje muy bien madurado, comedido y desesperado cuando toca. Ahora ya podemos sentir a Donna en su «Va todo al ganador» el cual ha pasado de ser un derroche de voz a una pieza fundamental para disfrutar de Donna y entenderla. Ahora Donna es más personaje; ahora ya no es Nina.

Por otro lado, el trio lalalá de padres ha sido una buena elección. Los tres desarrollan el papel en lo necesario para el personaje y enloquecen al público con sus apariciones.

Por último, debemos dar una mención especial a los papeles de Sophie y Chilly. Ella, en el estreno pudimos disfrutar de Talia del Val, está soberbia. Comedida niña buena que quiere casarse pero que su mente está obcecada en su real preocupación buscar a su padre. Aunque la actriz titular es Clara Altarriba (quien tenemos muchas ganas de ver), Talia borda el papel de una forma totalmente diferente. Un acierto acudir a ver de nuevo la función con ella como protagonista. Por otro lado, Chilly, John Varo, es el incansable bailarín y cantante. Lo que este chico hace en 5 minutos, enciende al público quién lo vitorea en la canción «sabe tu mamá dónde estás» en la que comparte escenario con Olga Hueso. Un placer verlos juntos.

En definitiva, MAMMA MIA! es una apuesta segura si quieres disfrutar de un musical o si quieres iniciarte en ellos. No te defraudará, lo disfrutarás, te enloquecerá y querrás más y más. Voulez vous venir au MAMMA MIA! avec nous?

Crítica realizada por Norman Marsà

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