Este es el título con el que podríamos definir lo que vivimos en el concierto de TEXAS este pasado miércoles 18 de noviembre en la Sala Razzmatazz de Barcelona. Casi conseguimos que Sharleen Spiteri se lanzará al público pero… ella no confía en nadie. ¿Y quién la puede culpar? Nosotros posiblemente tampoco saltaríamos.
Tras 10 minutos de espera entre silbidos de los más impacientes, TEXAS iniciaba su segundo concierto en España (el primero fue el día antes en Madrid) en la sala Razzmatazz de Barcelona. Un concierto en el que pudimos disfrutar de las canciones que han encumbrado al grupo tras estos 25 años.
La noche transcurrió en familia. Así lo anunciaba «Start a Family»; tema en acústico con el que abrieron el concierto. Aunque la sala estaba repleta, el sentimiento que se respiraba en ella era de una gran familia perfectamente conjugada con la música. No faltaron momentos en los que el publico cantaba, aplaudía y se movía al unísono. Tanto fue así, que al finalizar más de una canción, Sharleen alababa la perfecta sincronización con el público. Llegando incluso a pensar en hacer un «crowd surfing»; pero como decía sonriendo: «no me fío de nadie».
Entre risas y historias de la banda, pudimos escuchar en directo todos los grandes éxitos (y algunos pequeños) que TEXAS ha tenido durante estos 25 años. No faltaron «In Demand», «Summer Son», «Say What you want», «Guitar Song», «Black Eyed Boy», «So In Love With You», «Prayer for You», entre otras. Cada canción volvía loco al público quién cantaba, al dedillo, todas y cada una de las canciones.
La audiencia media de la sala rondaba los 40 años, aunque como ellos mismos indicaban, tras 25 años de carrera, muchos jóvenes empezaban ahora a seguirlos. Podría poner la mano en el fuego sin miedo a quemarme que, como me ocurría a mi, lo que tus padres ponen en casa cuando eres pequeño te marca para siempre. A mi me ponían TEXAS en casa y, la verdad, me alegro que haya sido así.
Tras casi dos horas de concierto, el grupo se despedía indicando que era la última canción pero… la noche era larga, y de nosotros dependía si queríamos más. Dos minutos después, TEXAS volvía al escenario para entonar en los bises un potente «Inner Smile» y finalizar la noche con una versión de «Suspicious Minds» de Elvis Presley.
Sharleen Spiteri fue una perfecta anfitriona. Estuvo divertida, dicharachera y desafiante con el público quien encandiló con su personalidad y su potente voz. Un directo brutal que tenemos claro que no nos vamos a perder nunca más.
Crítica realizada por Norman Marsà
