El Teatre Lliure de Barcelona presenta Fantàstic Ramon, una nueva creación de Clàudia Cedó con la que la dramaturga y directora vuelve a llevar la diversidad a escena. Una comedia con toques fantásticos que habla de amor, exclusión, rechazo y paternamismo protagonizada por 11 intérpretes con y sin diversidad funcional.
Fantàstic Ramon es la historia de Santa Aurora de la Piedad, un pueblo aparentemente normal hasta que nace un niño radicalmente diferente: Ramón, un muñeco de trapo. La obra explora la mirada de sus habitantes hacia este ser, que a medida que va creciendo oscila entre el amor, el rechazo, el paternalismo y las expectativas que se ponen en él. En palabras de la misma autora: «Todo esto que pedimos a las personas no normativas, que representen al héroe o al monstruo, pidiéndoles que nos ayuden a nosotros de auto-superación».
Este no es el primer texto que Clàudia Cedó realiza hablando específicamente de los retos e impedimentos a los que se enfrentan las personas con diversidad funcional. Cedó lleva casi veinte años trabajando con parte de ellos en Escenarios Especiales, un proyecto de teatro con personas con diversidad funcional, trastornos mentales y necesidades educativas especiales. En uno de sus últimos espectáculos, Madre de Azúcar, Cedó hablaba abiertamente del deseo legitimo de ser madres en un mundo que las califica de diferentes e ineptas para esa tarea.
Al parecer, el proceso de escritura y creación de Fantàstic Ramon se ha nutrido a partir de las improvisaciones que Cedó ha realizado con los intérpretes de Escenarios Especiales. La idea era decirle a Ramon todas las cosas que a ellos les han dicho en la vida. Utilizar un espejo social en el que crear una historia en la que verse reflejados y ayudar al público a entender su posición frente a la vida. Una idea magnífica sobre escena que debería ser obligatoria para colegios; ayudándoles a entender, desde bien jóvenes, la realidad de una sociedad que podrían mejorar.
El reparto de Fantàstic Ramon está formado por Andrea Álvarez, Marc Buxaderas, Francisco Ferrer, Jordi Galià, Xicu Masó, Mercè Méndez, Anna Moliner, Edgar Murillo, Judit Pardàs, Vanessa Segura y Kathy Sey, once intérpretes con y sin diversidad funcional que se ponen en la piel de los habitantes de Santa Aurora.
El compendio de interpretes funciona de una forma natural y enérgica integrando por completo las diversidades funcionales de cada uno en escena sin que estas les sean limitantes. Un engranaje perfecto que nos mete de lleno en un pueblo integrado (o eso parece). Una sociedad lo más realista posible sin necesidad de dar de lado o ignorar a otro por sus capacidades. Es un gusto disfrutar del excelso trabajo de los 11 intérpretes en escena.
En la parte técnica, destacar la adaptada escenografía es de Max Glaenzel que pone de manifiesto la completa integración de espacios, los títeres de Andreu Martínez que dan vida a Ramon, el vestuario de Bernat Grau y la caracterización de Toni Santos para cada uno de los distintivos personajes en escena, la cálida iluminación de Luis Martí y el espacio sonoro de Lluís Robirola, quien también firma el sonido con Marta Folch y la música original con Judit Pardàs.
En definitiva, Fantàstic Ramon es una obra que nos hará pensar profundamente como estamos evolucionando como sociedad y, sobretodo, como individuos. Que tan comprensivos somos y cómo tratamos a los que son distintos a nosotros mismos.
Crítica realizada por Norman Marsà