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31.03.2025 Teatro  
Giovanna d’Arco – Crítica 2025

El pasado 25 de marzo, Opera de Tenerife estrenó en el Auditorio de Tenerife una nueva producción de Giovanna d’Arco, la ópera de Giuseppe Verdi inspirada en la figura de Juana de Arco. Bajo la dirección musical de Lukasz Borowicz y con una puesta en escena creada por Davide Livermore, la velada era la combinación perfecta para ser un éxito, y cumplió con las expectativas.

La Orquesta Sinfónica de Tenerife ofreció nuevamente una interpretación a la altura de su reputación. Borowicz supo extraer de esta obra verdiana toda su intensidad, equilibrando la épica con los momentos más emocionales. La orquesta supo seguir su guía haciendo brillar una partitura que ya destaca como una de las favoritas de su autor.

El Coro Ópera de Tenerife-Intermezzo, dirigido por Miguel Ángel Arqued, tuvo un papel destacado en esta producción. En cada intervención estuvieron impecables tanto en el aspecto vocal como en su escenificación, aportando una dosis adicional a la épica y dramatismo de la obra.

En el papel protagonista, la soprano Yolanda Auyanet ofreció una interpretación más que completa. Su Giovanna fue la heroína que combinaba la fuerza despiadada de una guerrera con la aparente fragilidad una mujer dividida entre la fe y su deber. A nivel vocal estuvo descomunal, especialmente en las arias, mostrando una técnica fruto de las tablas que posee.

Airam Hernández, en el rol de Carlo VII, destacó por su cálido timbre y su capacidad para dotar de emoción a su papel. Su dúo con Giovanna fue uno de los momentos más hermosos de la noche, logrando una química que hizo creíble el amor existente entre los personajes.

Por su parte, Juan Jesús Rodríguez encarnó a Giacomo con gran eficiencia a pesar de la dificultad del papel del padre de Giovanna. Supo transmitir el dolor desgarrador del que se debate entre el amor y la condena. Definitivamente fue una de las intervenciones más impactantes de la velada.

Davide Livermore en la dirección escénica y la coreografía, apostó muy acertadamente por una estética estilizada y minimalista. Con la escenografía de Giò Forma, que se valió de proyecciones para crear un ambiente envolvente, pudimos ver sobre el escenario tanto la crudeza del campo de batalla como las visiones místicas de Giovanna.

Contrario a lo que se podría pensar, el recurso de la danza, a cargo del Centro Internacional de Danza Tenerife, añadió dramatismo a la puesta en escena y fue un componente más que interesante.

El vestuario diseñado por Anna Verde destacó por poseer una estética deliciosa. Logrando equilibrar lo bélico con lo espiritual, sin descuidar pequeños detalles que reforzaban la belleza visual de la obra.

Se podría decir que esta Giovanna d’Arco fue una propuesta magnífica que logró emocionar al público gracias a un sólido trabajo en equipo. Resultó una experiencia de gran intensidad que arrancó una larga ovación.

Crítica realizada por Celia García

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