Los Morancos vuelven a los escenarios con Bis a Bis, un espectáculo en el que repasan algunos de sus personajes más emblemáticos mientras abordan temas de actualidad con su humor característico, desde el mítico Teatro Capitol Gran Vía de Madrid.
Jorge y César Cadaval siguen demostrando su capacidad para conectar con el público a través de la sátira, la parodia y una complicidad que solo los años de experiencia pueden dar. Su último espectáculo, Los Morancos: bis a bis, mantiene la esencia del dúo sevillano: un formato ágil que combina sketches, imitaciones y algunas reinterpretaciones de canciones populares con letras adaptadas a la actualidad. Aunque los números musicales no generan la misma reacción en la audiencia que sus sketches tradicionales, lo que sí sigue funcionando a la perfección es la espontaneidad de los hermanos, su capacidad para improvisar y el contacto directo con el público, algo que convierte cada función en una experiencia única.
La puesta en escena es sencilla pero efectiva, con un ritmo bien medido que alterna momentos de humor más desenfadado con otros en los que la crítica social y política cobra mayor protagonismo. Uno de los aciertos del montaje es la inclusión de colaboraciones pregrabadas con figuras conocidas como El Monaguillo, Pablo Motos y Joaquín Sánchez, entre muchos otros, que aportan variedad y dinamismo al espectáculo, además de reforzar la sensación de cercanía con el espectador.
El tipo de humor y las referencias están claramente dirigidos a un público que ha crecido con ellos, algo que Los Morancos saben y aprovechan a su favor. Sus personajes y su forma de hacer comedia conectan especialmente con quienes han seguido su trayectoria desde hace décadas. Y a pesar de que no es un espectáculo recomendado para toda la familia, en especial pensando en sus integrantes más jóvenes, también incluyen guiños a temas más contemporáneos que refrescan el espectáculo y lo hacen más accesible a nuevas generaciones.
Desde el punto de vista técnico, el show apuesta por un diseño sencillo en el que los efectos de iluminación y sonido acompañan la acción sin robar protagonismo a los humoristas. El montaje visual y la edición de los vídeos pregrabados están bien integrados en la función, aportando un plus sin romper el ritmo de los números en directo.
En definitiva, Bis a Bis es una prueba más de que el humor de Los Morancos sigue vigente. No es un espectáculo que busque reinventar su fórmula, pero tampoco lo necesita: la química entre los hermanos Cadaval, su capacidad de improvisación y su conexión con el público hacen que la experiencia siga siendo tan efectiva como siempre. Una celebración de su legado humorístico que demuestra, una vez más, por qué siguen siendo uno de los dúos más icónicos de la comedia española.
Crítica realizada por Lola Barceló
