Un teatro convertido en una catedral: las paredes revestidas de madera, tallas de ángeles en piedra colgadas en las esquinas y una luz aterciopelada que ilumina tenuemente las butacas del Teatro EDP de Gran Vía de Madrid. Estos meses se representa el musical de Los Pilares de la Tierra, primera adaptación de la célebre novela homónima de Ken Follett, bajo el mando del productor ejecutivo Dario Regatteri.
Beon Entertainment (responsables de otros musicales como El médico o El tiempo entre costuras) ha sido la encargada de impulsar esta megaproducción, en la que se invirtió un total de 4,5 millones de euros para diseñar una refinada puesta en escena. Destacan los juegos de poleas, puertas correderas, plataformas móviles, fondos cambiantes y y una extensa lista de objetos de atrezzo, que consiguen ambientar perfectamente las tablas como la Inglaterra de la Edad Media.
La historia sigue la trama de poder, venganza y deseo de varios personajes mientras luchan por cumplir sus promesas y sueños durante la construcción de una catedral en la ciudad de Kingsbridge. Para dar vida a este complejo entramado de amor y odio, se ha contado con un elenco de 27 actores y actrices, cuyas voces espectaculares y su entrega total al texto logran emocionar y cautivar al público.
En este aspecto, resaltan las interpretaciones de Cristina Picos dando vida a Aleina, Javier Ariano como Jack Jackson, Julio Morales como Tom Builder y Gustavo Rodríguez en la piel del prior Philip. También merece una mención especial Javier Ibarz, cuya intensa y meticulosa actuación como el antagonista Waleran Bigod aporta una gran profundidad y tensión al conjunto de la obra, que también se caracteriza por el coreografiado y preciso movimiento escénico.
Los aspectos técnicos, responsabilidad de Pablo Santos, son lo que mejor viste a este intenso musical de tres horas de duración. El espectacular diseño lumínico, efectuado por Felipe Ramos consigue generar todo tipo de ambientes, sensaciones y espacios. También cumple esta función las videoproyecciones, que recrean desde un mercado medieval hasta un bosque oscuro o el despacho de un obispo.
Y aunque el aderezo de recursos escénicos es realmente impactante para el espectador, es la música la que genera la verdadera emoción en la obra. El libreto de Félix Amador y la composición de Iván Macías acompañan la trama con delicadeza, dotándola de detalles y de una fuerza arrolladora que mantiene en vilo al público hasta el final.
Los Pilares de la Tierra, con su impecable equilibrio entre lo técnico y lo artístico, refleja la esencia misma de la novela de Ken Follett: una historia compleja y delicada, donde cada detalle contribuye a la grandeza del conjunto. Impactante en su puesta en escena y emocionante en su desarrollo, este musical ofrece un viaje inolvidable a quien se adentre en su universo. Sin duda, una experiencia teatral que garantiza un momento de entretenimiento y asombro para el público.
Crítica realizada por Judith Pulido
