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10.02.2025 Teatro  
Pongo – Crítica 2025

El Teatre Condal de Barcelona presenta, dentro de su ciclo nocturno En Paral·lel, el espectáculo Pongo. Un show cómico de improvisación actoral que retrata nuestra necesidad de acumular trastos. Un homenaje a todo lo inútil con las actuaciones de Judit Martín, Alba Florejachs y Mónica Ballesteros.

¿Quién no tiene en casa una figura de porcelana china que alguien le regaló con cariño pero que, a su vez, le horroriza y la mantiene por compromiso? ¿Quién no ha pensado en tirar esa cosa inútil y sin sentido? Pues ahora es el momento de darle una nueva y divertida utilidad.

Los “pongos” son objetos de dudoso gusto decorativo o función, presentes en todos los hogares, que esconden cientos de historias y anécdotas. Esos objetos, pequeños o grandes (no importa su tamaño) cuya utilidad en nuestros hogares es la de coger polvo y ser vistos, van a tener un nuevo fin tras pasar por las manos de estas tres cómicas.

Utilizando los objetos que el público trae de su casa, nuestras maestras de ceremonias crean un show de comedia improvisada donde aparecerán decenas de personajes e historias. Así, alternándose para estirar del hilo y crear historias absolutamente diferentes en cada representación, nos sorprenderán con un espectáculo que se convertirá en una gran oda a los miles de trastos que acumulamos en nuestro día a día.

La noche que acudí al show pude disfrutar del buen hacer de Judit Martín y Alba Florejachs. Aunque el show se inició con un poco de retraso por un inconveniente técnico, no tardamos mucho en poder acceder a la sala para entregar en mano, a una de nuestras dos cómicas de la noche, el horrible regalo excéntrico que habíamos traído. Los objetos proporcionados por el público presente, se fueron acumulando en la mesa del centro del escenario con la ayuda de Andreu Rami, productor y video creador del espectáculo, que no daba a basto en ir y volver al escenario llevando esos horribles objetos que tanto darían que hablar.

Tras el acceso a sala, en el que más de uno aprovechó para hacerse fotografías y saludar a sus protagonistas, el show se inició bajo un ambiente fiestero que solo podría desembocar en una locura descarriada (que es lo que todos estábamos esperando ver).

Judit Martín y Alba Florejachs, nos ofrecieron diversión de la buena desde el inicio del show. Figura a figura, pongo a pongo, las actrices crearon historias improvisadas desde cero basadas en los objetos que el público había traído desde casa. Una improvisación al uso provista desde la propia elección de un objeto que podía convertirse en el hilo conductor de una historia ficticia llena de personajes extraños y desconcierto.

Aunque todo parecía indicar que Judit Martín podría ser la más loca de las dos en una noche de improvisación, tal como nos tiene acostumbrados (para que nos vamos a engañar), esta vez, la actriz jugó la carta de la conductora más pensativa y seria, mientras que Alba Florejachs sudaba desparpajo y locura por todos los poros de su piel. Y es que Florejachs no se cortó un pelo poniendo en jaque en más de una ocasión a Martín. Ella iba a jugar, a jugar con todo, a soltar… y vaya si soltó su lengua. Florejachs nos ofreció una noche loca para el recuerdo mientras reíamos a carcajada limpia desde nuestra butaca. Por su parte, Judit Martín puso todo de su parte para hilar esta endiablada conversación a tres (entre ellas dos y el público) algo que, en ocasiones fue imposible, lo que hacía que a ambas se les escapara la risa en el escenario mientras el público lloraba con sus locuras.

Tras finalizar la función, la cual se nos hizo realmente corta (aun durar 80 minutos), ambas consiguieron poner al público en pie, agradeciéndoles con sus aplausos, esas historias improvisadas creadas mediante estos objetos extraños que esa noche llegaron al teatro.

Crítica realizada por Norman Marsà

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