El Teatro Real de Madrid presenta una coproducción de Eugenio Oneguin, ópera con música de Piotr Ilich Chaikovski y libreto de Konstantin Shilovski, bajo la dirección musical de Gustavo Gimeno y la dirección escénica de Christof Loy.
Eugenio Oneguin regresa a Madrid, quince años después de su última visita, para conmemorar el 225 aniversario del nacimiento del poeta y dramaturgo Alexander Pushkin, autor de la novela en verso en la que se basa esta ópera. Un producción fruto de la colaboración entre el Teatro Real, Den Norske Opera & Ballett de Oslo y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
Estrenada en 1879 en el Teatro Maly del Conservatorio de Moscú y representada en el Teatro Bolshói en 1881, esta ópera narra la conmovedora historia de amor no correspondido entre Eugenio Oneguin y Tatiana, una joven romántica e ingenua. Oneguin, un aristócrata desencantado con la vida y aburrido de su privilegiada posición social, rechaza cruelmente a Tatiana, quien sufre profundamente por su desamor. Este rechazo impulsa a Oneguin a tomar decisiones impulsivas que lo llevan a la culpa y el arrepentimiento.
La sobria puesta en escena de Christof Loy busca ser fiel a la visión intimista y original de Chaikovski. Su enfoque evita el riesgo de una excesiva suntuosidad escenográfica y permite una conexión más directa con los personajes. La primera parte se desarrolla con un aire casi más propio de la gran pantalla, gracias a la iluminación de Olaf Winter, sumergiéndonos en las emociones de Tatiana y Lensky. La segunda parte se adentra en el mundo interior de Oneguin, quien debe enfrentar las consecuencias de sus actos. Esta evolución hace que la experiencia del espectador se vuelva más visceral y apasionante.
En cuanto a la dirección musical, Gustavo Gimeno, al frente de la orquesta titular del Teatro Real, resalta la profundidad emocional de la partitura y la carga dramática de sus melodías, que, aunque clásicas y contenidas, transmiten una gran intensidad. Su interpretación consigue destacar la belleza de una composición que capta con precisión la esencia del amor, la pasión, la tristeza y el arrepentimiento que definen la ópera.
El elenco de esta producción brilla con sus interpretaciones. Kristina Mkhitaryan, en el papel de Tatiana, ofrece una actuación conmovedora y llena de matices. Iurii Samoilov, como Oneguin, aporta una interpretación vehemente y expresiva, mientras que el tenor Bogdan Volkov, en el rol de Lensky, sobresale por su capacidad para transmitir las emociones más profundas, dándonos grandes momentos más bellos de la función como el de Kuda, kuda.
Este Eugenio Oneguin, programado entre el 22 de enero y el 18 de febrero, constituye una relectura exitosa de la obra original, manteniendo la intimidad y la profundidad emocional que Chaikovski concebía, al tiempo que se renueva con una interpretación contemporánea. La dirección de Loy permite al público, gracias a su minimalista concisión, conectar con la humanidad de los personajes, mientras que la dirección musical de Gimeno eleva la partitura a su máxima expresividad, creando una experiencia operística inolvidable.
Crítica realizada por Lucas Ferreira