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20.01.2025 Críticas  
Una madre de película – Crítica 2025

Toni Acosta protagoniza el espectáculo Una madre de película, con texto y dirección de Juan Carlos Rubio sobre las tablas del Teatro Bellas Artes de Madrid. Un monólogo en clave de comedia que habla sobre el síndrome del nido vacío y el temido momento en que los hijos echan a volar.

Eva María, a las tantas de la madrugada, recibe un audio de Nicolás, su único hijo: debe entrar en su habitación y buscar en un cajón custodiado por un candado un documento que necesita con urgencia para la universidad. Situación que sirve para hablar, con tono humorístico, de un problema que asalta a madres y padres cuando sus hijos e hijas se hacen mayores y abandonan el hogar familiar de siempre. Toni Acosta, tras experimentar el síndrome del nido vacío en sus propias carnes, aceptó la propuesta de Juan Carlos Rubio para que esta obra se hiciera realidad.

La gran atracción de Una madre de película es ella, la actriz tinerfeña está francamente bien dando vida a esa madre que vive con una constante sensación de pérdida. Acosta brilla sobre las tablas del Teatro Bellas Artes derrochando naturalidad, frescura y una admirable vis cómica; transmitiendo a la perfección todos y cada uno de los matices de su personaje a través de la expresión corporal, los gestos y la mirada. De principio a fin, nos brinda una actuación soberbia dando vida a esa mujer destrozada que, con la marcha de su hijo, no sabe cómo continuar su vida. En un papel bastante complejo y lleno de matices, Acosta es capaz de introducir a los espectadores y espectadoras en la atormentada mente de esa madre que se lamenta por su situación; no es nada fácil condensar tantas emociones en un único personaje y no cabe duda que el trabajo interpretativo es excelente.

El texto se sumerge en la complejidad emocional de su protagonista. A lo largo de los ochenta minutos que tiene de duración, Rubio nos incita a bucear en la sensación de dolor, pérdida, tristeza y anhelo que puede surgir cuando los hijos se independizan; lo hace sabiendo que el humor es una de las herramientas más poderosas en el teatro y demostrando que la comedia es mucho más que una forma de entretenimiento ligero. Una madre de película, con sus ingeniosos diálogos, situaciones divertidas y un personaje bastante exagerado, supone un arma para reflexionar sobre las contradicciones humanas, las ironías de la vida y las situaciones rutinarias elevadas a su máxima expresión.

Además, Rubio también dirige el montaje con solvencia ofreciéndonos una puesta en escena muy sencilla pero funcional. El espacio escénico, diseñado por Leticia Gañán y Curt Allen Wilmer recrea la habitación del hijo. Al fondo una gran pantalla donde proyectan algunas imágenes y vídeos, que van apoyando la narración de vida de Eva María. Destacar también el diseño la iluminación de Nicolás Fischtel y el diseño de sonido de Mariano Marín, muy importante en la narración de la historia que se apoya también en canciones y sintonías.

Una madre de película nos invita a reflexionar, a emocionarnos y, sobre todo, a disfrutar del maravilloso arte de la interpretación. Toda una declaración de amor al teatro y, como no, al séptimo arte.

Crítica realizada por Patricia Moreno

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