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02.01.2025 Críticas  
Ni en broma – Crítica 2025

La Sala Versus Glòries de Barcelona presenta Ni en broma. Una comedia de Xavier Morató, dirigida por Jofre Borràs y protagonizada por Jordi Díaz y Nesa Vidaurrázaga que habla de temas tan actuales como los límites del humor, la cultura de la cancelación, la autocensura, la hipocresía que envuelve la política y la propia sociedad.

Ni en broma es un Pigmalión moderno. La aspirante a alcaldesa Jana (Nesa Vidaurrázaga), en un arrebato para atacar a su rival político, re-contrata a Húmber (Jordi Díaz), un humorista cancelado conocido por sus monólogos incómodos que traspasan todos los límites del humor, la corrección y la autocensura. Jana tendrá pocas horas para deconstruir al personaje y convencerle para que cambie un discurso que ofende todas las sensibilidades colectivas. Sin embargo, Húmber no cederá fácilmente, y también querrá «liberarla» de las restricciones sociales y políticas.

La obra enfrenta a los dos extremos en la forma de ver el mundo: una política que debe seguir las normas de la corrección y la autocensura, y un monologuista que se mueve fuera de los límites de la aceptabilidad social. Ambos necesitan cautivar a su público, pero con métodos y objetivos opuestos. La tensión entre “quedar bien” y “decir la verdad sin filtros” pondrá sobre la mesa cuestiones profundas sobre la libertad de expresión, el humor como vehículo para la verdad, y las concesiones personales que hacemos para encajar en los mandatos sociales o políticos.

Xavier Morató nos presenta un texto divertido y juguetón que nos habla de la sociedad actual sin mediatintas. Actualmente todo nos ofende, todo nos afecta. Cada vez somos una sociedad más de cristal llena de inseguridades y ansiedades. Es que ¿nos hemos vuelto demasiado puritanos? ¿O es que antes éramos bestias, sin ninguna consideración hacia los sentimientos de los demás y, por fin, hemos puesto las cosas en su sitio?

Una dicotomía que, en todo momento, sentimos sobrevolar la sala mientras Húmber da rienda suelta a su verborreica mente y, por su parte, Jana, una política bienqueda, no parará de ofenderse por los demás mientras trata de blanquear un discurso que la puede ayudar a ganar unas elecciones. Sus caminos se han juntado inesperadamente y, aunque ninguno de los dos quiera admitirlo, ambos se comprenden; pero ninguno bajará del burro para acercar posiciones. Puede que una sea una política con una clara carrera hacia la alcaldía, pero es que al otro, un humorista sin filtros, no ha nacido quien le diga qué puede y no puede decir. El diálogo hará el resto en una noche en la que la preparación de un monólogo les hará conocerse un poco más y entender que toda acción personal siempre tiene un trasfondo.

En la parte actoral, ambos intérpretes tiene un bagaje actoral en comedia que les da la seguridad y el altivismo necesario para ocuparse de unos personajes con los que jugar. Nesa Vidaurrázaga borda el personaje de la política comprometida y preocupada con todo y con todos, que realmente solo se preocupa por ella misma y cómo la ve la gente. Si tiene a todos contentos, todos estarán contentos con ella.

Por su lado, Jordi Díaz nos presenta al excéntrico monologuista que dice lo que piensa, porque él es más frío que un témpano y nada le afecta. Se ríe de su madre, de Dios y hasta de su sombra si hace falta; con tal de soltar la más grande que se le pueda ocurrir. Díaz presenta una interpretación excelsa y ruda que nos encanta.

En la parte técnica, destacar la escenografía creada por Albert Ventura que, junto a la iluminación, sobria y sencilla creada por Jordi Ventosa, nos sitúa en un amplio camerino de un teatro local; espacio donde ocurre toda la acción (ya sea de día o de noche).

En definitiva, Ni en broma es de esas obras a las que tienes que ir con la mente abierta. Una obra en la que te vas a reír y, a la vez, avergonzar de lo que te has reído; aunque siempre hay alguna otra broma más bestia que empequeñece a la que te acaba de escandalizar. Una diversión continua para los amantes del humor negro y una historia llena de enseñanzas sobre una sociedad cada vez más carca.

Crítica realizada por Norman Marsà

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