Estrenado por primera vez en 1994, Alegría es uno de los espectáculos más queridos de Cirque du Soleil; completamente reinventado y pensando en el público actual, se representa bajo la icónica Gran Carpa situada en el escenario Puerta del Ángel. Alegría: Bajo una nueva luz supone una versión revitalizada que en esta ocasión dirige Jean-Guy Legau.
Como en cada montaje del Cirque du Soleil, hay una historia detrás. Alegría: Bajo una nueva luz, representa un viejo rey, aferrado a su trono, a los valores antiguos y al poder, enfrentándose con la nueva juventud que empuja con fuerza para cambiar las cosas y encontrar una modernidad que suponga una sociedad nueva y próspera. Así lo vemos a partir de la presentación de los personajes del Sr. Fleur y los aristócratas, y mientras avanzan los asombrosos números de malabarismo, trapecios, rueda cyr, fuego y cintas voladoras. Podría mencionar a cada uno de ellos, pero me gustaría quedarme con la china Yan Joann Zhuang y la manera de hacer funcionar los los hula hoops con su propio cuerpo, la contorsionista Oyun-Erdene Senge que parece que sea de goma, el dúo romántico de cinta aérea de la pareja rusa Yulia Makeeva y Alexey Turchenko o el impresionante número jugando con el fuego que nos presenta Falaniko Solomona Penesa. Todos consiguen dejarnos boquiabiertos mientras que el dúo de payasos arranca sonrisas y derrite el corazón.
Un cambio importante y acertado entre tantas novedades introducidas por el Cirque du Soleil es, precisamente, la reinvención de la figura del payaso que otorga un papel muy importante a las emociones y que huye del humor manido que todos conocemos. En esta ocasión, la pareja de payasos sigue siendo protagonista y supone un elemento clave en el desarrollo argumental de este espectáculo. Son interpretados, de manera sobresaliente, por dos españoles: Pablo Bermejo y Pablo Gomis López, derrochando gracia y dinamismo por los cuatro costados. No quiero acabar sin hablar de esa espectacular ventisca y gran nevada de extraordinaria belleza visual.
Del Cirque du Soleil se ha dicho tanto que poco más se puede añadir de una manera original. Simplemente queda sumarse a la multitud de elogios recibidos por hacer este tipo de circo tan espectacular, emotivo y sorprendente. Dicen que la primera vez que ves un espectáculo de la compañía canadiense ya no quieres parar y, después de varios espectáculos vistos en estos últimos años, lo puedo afirmar con rotundidad. Una fascinante banda sonora que perdurará en la memoria y un vestuario cuidado hasta el más mínimo detalle hacen que todo sea mágico bajo la carpa del escenario Puerta del Ángel.
En definitiva, un verdadero festín para todos los sentidos. Alegría: Bajo una nueva luz pone de manifiesto el gran trabajo de escenografía y el derroche de talento e imaginación que tiene lugar sobre el escenario para encogernos el corazón con el dominio físico que requieren algunos números, todo aderezado con el descarado y fabuloso humor de los payasos.
Crítica realizada por Patricia Moreno