Excelente entrada y gran expectativa en el Sant Jordi Club de Barcelona para presenciar la primera visita a la ciudad condal del dúo texano Black Pumas. Esta era la única cita en la península de la banda americana en una minigira de otoño que los ha llevado a otras ocho ciudades europeas.
Ante un público ya impaciente, y con un cuarto de hora de retraso, Black Pumas saltaban a escena. El carismático compositor y cantante californiano Eric Burton y el agudo guitarrista y productor Adrian Quesada, son los alma mater y fundadores de esta banda de soul psicodélico de Texas. Junto a ellos, les acompañaban una contundente banda formada por Brenda Bond al bajo, JaRon Marshall al teclado, Stephen Bidwell a la batería y Terin Ector en las congas. Adicionalmente, Angela Miller y Lauren Cervantes les acompañaban a los coros. Todo ello sin ninguna otra escenografía o artilugio más que un telón de fondo estampado con los dos grandes pumas rugientes que aparecen en la portada de Chronicles of a Diamond.
La noche de autos rugió con un setlist equilibrado con temas de su álbum homónimo nominado a los grammy Black Pumas, con el que saltaron a la fama el 2019, y la presentación de su segundo álbum Chronicles of a Diamond, que salió al mercado ahora hace justo un año. Un balance perfecto para sus seguidores.
No habían finalizado las últimas notas de la intro cuando Eric Burton, de riguroso negro y teñidas rastas rubias, realizó un salto felino para mezclarse entre unos enfervorizados fans mientras cantaba Next To You. Siguió avanzando entre una audiencia que no daba crédito, para lucir su característico falsete en la interpretación de Gemini Sun. De regreso al escenario, hasta tuvo tiempo de interrumpir la canción para felicitar a una fan que celebraba su cumpleaños.
Ya de nuevo sobre las tablas, con algún aullido que el mismísimo James Brown hubiera firmado, y con un público ya en el bolsillo, fue el momento para el primer hit de la noche More Than A Love Song. Un tema en cuyo final Burton respondía Fly Together mientras el público coreaba el estribillo de la canción. Más góspel imposible.
Le siguió una hipnótica y rotunda Know you better, con un excelente trabajo de guitarra de un Adrian Quesada que estuvo excelso durante toda la noche. Si bien Eric Burton es un excelente frontman, cabe recordar que el trabajo a las seis cuerdas de Quesada teje el entramado necesario para que la banda de Texas funcione como un engranaje milimétrico.
En Black Moon Rising, con una excelente interpretación de JaRon Marshall al órgano fue inevitable recordar a otro grande, Al Green. Y en I’m Ready y sus punteos funky-soul, fueron también de obligada reminiscencia a Curtis Mayfield. Se presiente que sin caer en burdas imitaciones, Black Pumas saben honrar a los clásicos.
En Ice Cream, una canción funky, volvió a aparecer el falsete a lo Prince. Eric Burton también mostró su versatilidad en Confines en un final de duelo guitarrero cara a cara con el mismísimo Quesada.
El concierto no podía finalizar sin Colors, el himno gospel que los catapultó a la fama y con el que el público se dejó la voz acompañando a un exhausto Burton en una interminable interpretación catártica de la canción.
Extrañamente, disfrutamos de un solo bis: la trotona y psicodélica Rock And Roll. Al finalizar el concierto, y tras hablar con una orgullosa fan de primeras filas que pudo conseguir el preciado setlist, pudimos comprobar que una versión de Fast Car de Tracy Chapman estaba planeada para los bises. Suponemos que no fue posible por tiempo de sala pero seguro que la podremos disfrutar la próxima vez. Peace and Love!
Crónica realizada por el equipo de EnPlatea