El Teatro Español de Madrid cierra el homenaje de los 15 años de Kulunka Teatro programando el último de sus tres espectáculos de máscaras: Forever, tras André y Dorine y Solitudes. Una familia, la mala comunicación, y toda una serie de conflictos individuales que terminarán afectando a la convivencia.
Forever es el último espectáculo de Kulunka Teatro creado por Garbiñe Insausti, José Dault, Iñaki Rikarte y Edu Cárcamo. La obra está dirigida por Iñaki Rikarte e interpretada por Garbiñe Insausti, José Dault y Edu Cárcamo. El diseño y construcción de las máscaras es de Garbiñe Insausti, con diseño de vestuario de Ikerne Giménez y diseño de escenografía de Ikerne Giménez y Javier Ruiz de Alegría.
En Forever lo que hacemos es ver girar ante nosotros la vida de una pareja, que tras muchos intentos logran aquello que les completará, un hijo: Eder. Lo que llega con él les crea nuevos retos a los que enfrentarse: la conciliación familiar, cuándo poder ver el futbol por la tele, o las rutinas matutinas de exprimir zumo, preparar el cacao con leche, y mandar al niño al cole. Eder comienza a sufrir bullying en el colegio y la atropellada vida de sus padres les hacen ignorar las evidencias y las señas de ayuda de su hijo.
La vida gira en torno a estos tres personajes, y el propio escenario gira sobre sus vidas, convirtiéndose en el cuarto personaje del proyecto, tanta es su importancia y presencia en Forever. La plataforma giratoria que es casa, que es vida, que es estado mental y hasta metáfora de la espiral de violencias y dramas diarios que desestabilizan las vidas. Todo empieza y acaba en el dormitorio, o todo empieza y acaba en el salón, o todo empieza y acaba en la habitación de Eder; todo es transitorio y sigue y sigue y rueda y rueda y empieza y acaba.
Viendo de dónde vienen los Kulunka Teatro con André y Dorine hasta Forever, la evolución es clara y sobresaliente, y del punto de partida de una historia lineal, a esta que va en círculos, literal y figuradamente; puedo reparar en el valor y la apuesta por nuevas formas de escenificar y transmitir, y dotar de complejidad narrativa a una historia en la que no hay palabras. Si en André y Dorine, la fuerza del relato me provocaba la ilusión de que las máscaras gesticulaban, en Forever, sin embargo, el gesto de los tres personajes no varía, y solo asisten entre la tristeza y la sorpresa, a lo que acontece en sus vidas, sintiéndose impasibles a ante lo inmutable de su existencia, aún sintiendo una profunda desgracia y decepción.
Forever es un espectáculo con tantas capas y con tal complejidad ante los temas que termina tratando, que las partes humorísticas se tornan en reversos aún más dramáticos, como el mental breakdown que sufre ella en la cena de Navidad, una escena que es quizás más dura que violencia que termina ejerciendo Eder contra su madre. Ante la mirada final de los tres personajes al público solo nos queda pensar si, como en la última película de Jonás Trueba, esta familia volverá a estar juntos, o la grieta en su mundo es tan profunda que la caida en el abismo es definitiva. ¿Volveréis?
Crítica realizada por Ismael Lomana
