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27.09.2024 Críticas  
Cassandra o el Elogio del Fracaso – 2024

Desde el 20 hasta el 28 de septiembre, Auditorio de Tenerife presenta la primera edición de Ópera en minúscula, una iniciativa con el objetivo de promover y difundir la ópera de pequeño formato en Tenerife. El Espacio La Granja en Santa Cruz de Tenerife y el exterior del Centro Cultural del Gobierno de Canarias han sido los lugares escogidos como sedes de la programación.

Esta edición ofrece una interesante selección de óperas y ensambles que abarcan épocas y estilos diferentes. Desde obras conocidas, hasta algunas propuestas más arriesgadas. Cabe destacar la presencia de compositores españoles, como María Herrero o David del Puerto, Premio Nacional de Música.

EnPlatea pudo asistir a la representación de la comedia Cassandra o el Elogio del Fracaso, una obra híbrida que combina la ópera bufa contemporánea con el teatro. La protagonista es el personaje mitológico de Cassandra, sacerdotisa que recibió el don de la profecía de parte de Apolo, el cual, al no ver correspondido su amor por ella, la maldijo de manera que nadie creyera sus profecías, por lo que su don se convertiría en una fuente continua de dolor y frustración.

En Cassandra o el Elogio del Fracaso fuimos testigos de las odiseas de una Casandra exiliada en el inframundo y olvidada por los suyos. Gracias a la aparición de dos musas de personalidades totalmente opuestas y que aparecen enfrascadas en una misión, Cassandra logra recuperar su don de la profecía, lo que la impele a querer regresar al mundo de los vivos para avisarles de una inminente catástrofe mundial. La obra invita a reflexionar sobre el pasado y el futuro, apuntando a quienes son las Cassandras contemporáneas y la importancia de la credibilidad social para que su mensaje sea escuchado.

Cristina Bernal interpretó a una Cassandra frustrada y visceral, una diosa venida a menos y repudiada por los suyos, pero que aún conserva su magnetismo. Bernal supo sacar partido de todas las facetas que le ofrecía este personaje, incluídas las partes vocales y musicales, y le dio la forma perfecta para que todos los presentes pudiéramos conectar con ella y solidarizarnos con su desdicha. Pero para poner colofón a su actuación, casi al final de la obra bajó a la platea para hacer una última exhibición de su poder recién recuperado, creando momentos hilarantes y de complicidad con el público.

Blanca Tamarit y Amaranta Munana en los roles de Musa Paty y Musa Britney respectivamente, les dieron a unos personajes totalmente contrapuestos, pero perfectamente armonizados, un toque de naturalidad y espontaneidad. Fueron la mejor compañía para el personaje de Cassandra, haciendo gala de una enorme versatilidad, no solo en la interpretación, sino también en el acompañamiento vocal e instrumental.

Luis Maesso estuvo estupendo en su interpretación de Caronte y al igual que sus compañeras, en el acompañamiento vocal e instrumental. Pero donde sorprendió a todos los presentes fue en su papel del dios Apolo, donde demostró una gran habilidad para la comedia sin mostrar ningún complejo.

El diseño de vestuario corrió a cargo del artista y diseñador Matias Zanotti, quien creó unos diseños deliciosos, llenos de vida y significado, cuidando los detalles más pequeños para aportar a la escena más belleza. Fue todo un acierto contar con él para el vestuario.

María Herrero estuvo al cargo de la dirección, composición y escena. A pesar de la complejidad que supone realizar múltiples tareas para montar una obra de estas características, Herrero supo realizar un trabajo impecable, creando una música rica que llegó al público, haciendo que los diferentes elementos de esta se combinaran entre sí de forma armónica y congruente. Pero también consiguió que el mensaje llegara alto y claro: en el mundo hay muchas Cassandras que necesitan ser oídos y oídas y que las cosas no siempre son lo que parecen, con lo que es mejor mostrar empatía y nunca precipitarse a juzgar a otros, sean del estrato social del que sean.

Como era de esperar y después de semejante exhibición, el público mostró unánimemente y en pie que Cassandra y sus acompañantes se habían ganado la entrada al Olimpo de los dioses.

Crítica realizada por Celia García

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