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25.09.2024 Críticas  
Hamlet.02 – Crítica 2024

El Teatre Nacional de Catalunya en Barcelona inicia la temporada 2024/2025 con el estreno de Hamlet.02, una obra donde Sergi Belbel y Enric Cambray diseccionan con humor el segundo acto de la obra de Shakespeare. En Hamlet.02, Belbel reconvierte una de las principales tragedias de la literatura universal en un verdadero ejercicio de Stand-up comedy a través de la figura del monologuista, Enric Cambray.

Tras un incombustible Hamlet.01, no podíamos más que esperar su segunda parte: Hamlet.02. Y ¡por fin ha llegado!.

Mientras Hamlet.01 hacía plazas por todo el país, el tándem Cambray y Belbel decidieron iniciar la exploración del segundo acto de la conocida obra de William Shakespeare y empezar los ensayos. Si bien es cierto que Belbel ya tenía casi finalizada la escritura de esta segunda parte, puedo decir que, poner en pie esta titánica y segunda parte en tan poco tiempo, se merece el mayor aplauso posible (como así lo atestiguó el público en el día de su estreno).

Come, let’s go together. Con estas palabras al final del primer acto, Hamlet nos invita a seguirle. En el segundo acto, muchos días después del primero (¿qué habrá pasado durante todo este tiempo?) Hamlet, cada vez más loco a ojos de todos, encuentra al fin una manera (insólita) para llevar a cabo su venganza: el teatro.

Después de dos años interpretando Hamlet.01, Enric Cambray diseccionará ante el público, como un monologuista del siglo XXI (lo que ahora llaman Stand-up comedy), el segundo acto de Hamlet. En el, nos hablará de política (una vez más), de la amistad (o falsa amistad: Rosencranz y Guildenstern), de la locura (o la falsa locura: su cómica relación con Polonius), de su ambigua y moralmente dudosa relación amorosa con la desgraciada Ofelia y de lo que parece ser, sin duda, su gran pasión: los intérpretes (The Players), el juego y el arte del teatro.

Lo que en su inicio fue un juego atrevido y desenfadado, se transforma en un estadio algo más grande que sigue embelesándonos bajo su halo de sencillez, unas luces de colores y algo de humo. En Hamlet.02, la obra se eleva un peldaño más para dar un salto al vacío y jugar aun más con un público ya entregado. Sin tener un ápice de intención en desvelar cosas, puedo decir que el juego constante con el público se intensifica y Hamlet (aka Enric Cambray) disfruta con ello. Cada vez más loco (como parece estar Hamlet en este segundo acto), la segunda parte de esta obra maestra de Shakespeare y Belbel riza el rizo de la locura.

Efectivamente, tal como se anuncia al principio, esta parte es algo más larga que su predecesora pero, tanto Belbel en la dramaturgia, como Cambray en la ejecución, hacen que nos zambullamos fácilmente en una historia que empieza directa y sin avisar. Sí se avisa muchas varias veces que Hamlet tardará mucho en salir. Aun así, no nos importa, ya que el Hamlet que queremos ver es el que nos disecciona su historia. El que nos cuenta la psique de sus co-protagonistas. El que nos da pistas de lo que va a ocurrir (o no) en una historia de la cual solo queremos más y más. «Words, words, words».

Crítica realizada por Norman Marsà

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