Celtia y los contracuentos le da una vuelta a los cuentos tradicionales para sumergirnos en una aventura narrativa, con mucho humor y muñeiras, que despierta el entusiasmo de niños y adultos en los Teatros Luchana de Madrid.
Imaginemos una exploradora muy divertida, muy torpe y muy gallega que se dedica a buscar cuentos. Imaginemos también una maga arisca, misántropa y poderosa que colecciona cuentos que no quiere compartir. E imaginemos ahora una sala llena de niños mirando absortos y absolutamente entregados durante sesenta minutos a la interacción de esos dos personajes para entender que la magia existe y se produce cada domingo en un teatro del centro de Madrid.
Gorka González, responsable de la dramaturgia, construye un cuento de cuentos en el que Celtia, esa adorable exploradora, convence a la maga Kla-Uh-Dia para que comparta con ella los fantásticos contracuentos que guarda en su buhardilla. Una selección de clásicos que han sufrido mutaciones y, siendo los mismos, ya no son iguales.
Rebeca Fer, a quien vimos la temporada anterior interpretando a Victoria Kent en Victoria viene a cenar, cambia radicalmente de género y se pone gafas multicolores para producir y dirigir esta propuesta con acertadísimo pulso y sentido del ritmo. La prueba de ese éxito es el aplauso entregado de los pequeños, y la sonrisa cómplice de los adultos al término de la función.
La dirección de actores y el diseño del movimiento es preciso para este público tan demandante. Marta Agrelo, como Celtia, y Celia Medriano, como la áspera maga, logran despertar la curiosidad de los niños y mantener abierta una ventanita para la interacción con los espectadores, que nutre la aventura y genera reacciones muy divertidas. Agrelo, en especial, por el perfil de su personaje, despierta sonrisas y una corriente de complicidad entregada. Ella también es la responsable de hacer que un trocito de Galicia asome entre cuento y cuento. Celtia tiene un origen atlántico. Lo anuncia su nombre, su acento, y las gaitas y panderetas que a ritmo de muñeira le hacen bailar cuando menos te lo esperas.
No voy a negar que acudí con recelo el pasado domingo al teatro, pero el trabajo de estas dos actrices y la cuidada producción de Bolboreta desvanecieron mi desconfianza en segundos. Celtia y los contracuentos es un montaje pequeño bien iluminado por Raquel Moreno y con transiciones marcadas por proyecciones. Nada sobra, ni molesta. Está dirigido a los niños pero los adultos lo disfrutan también.
Contra toda expectativa me descubrí sonriendo divertida nada más arrancar y no abandoné hasta el saludo.
Crítica realizada por Diana Rivera
