La sala Lola Membrives del Teatro Lara de Madrid acoge, hasta el 18 de agosto, Desmontando a Gatsby; una obra teatral de comedia escrita, dirigida y protagonizada por Edgar Costas que nos abre la puerta trasera de una producción teatral. ¿Podrá Nicolás (Edgar Costas) triunfar o se lo tragarán las arenas movedizas de la farándula?
Si el público odia cuando un mismo actor hace dos personajes, pues ya cuando el mismo actor hace del mismo personaje haciendo de otro personaje ya ni te cuento. Y aún así, en Desmontado a Gatsby, funciona. Funciona muy bien y es un testamento al talento de este equipo artístico mínimo pero potente que puede navegar la metaficción y las varias líneas argumentales de esta obra.
Manuel Galea es Jorge, actor y guionista que no escribe, pero también es amigo fiel, alivio cómico y villano oscuro y cretino. Vir Calderón le secunda en el calafón cómico como Desi, actriz algo intensita y que tanto te arregla la utilería como se convierte en estatua. Mireya está interpretada por Laura Auzmendi, mujer compleja que entiende y expone las esquinas más oscuras de la cultura. Acabamos la pandilla con Javier, Daniel Rimón, actor que llegó a su cima durante su adolescencia y que jamás lo ha superado. El líder y víctima a partes iguales de esta cuadrilla es Nicolás, Edgar Costas, quien sólo quiere hacer teatro, joder. Pero lo lían, como siempre.
La obra es compleja, oscura a partes y divertida siempre. Mezclando la sátira social y las dudas existencialistas de Fitzgerald con el humor ácido y la inexistente cuarta pared de la serie televisiva Fleabag, Edgar Costas consigue una complicidad total con el público, con monólogos honestos, abiertos e íntimos. La química entre el elenco es palpable y he llegado a sentir tanto el amor como el odio en escena.
La luz verde en la que creía Gatsby también ilumina los techos de los rascacielos de Madrid y el escenario pequeño del Teatro Lara. Se cierran las funciones, se ilumina el cartel del Parnaso, las carpas nadan en la piscina y hay red flags por todas partes. Jay se moja bajo la lluvia y Daisy es madre. Todas estas piezas del puzle que es Desmontando a Gatsby se unen para desvelar no una, sino tres imágenes complicadas y mordaces, imperdibles.
Si has leído la novela, te recomiendo ver esta obra. Si sólo te suena por Leonardo DiCaprio, te recomiendo esta obra. Y, por último, si nunca has oído hablar de Scott y Zelda Fitzgerald, también te la recomiendo como labor educativa.
Crítica realizada por Ariadna Ortega