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12.07.2024 Críticas  
La Llamada – Crítica 2024

El electro latino lo sigue petando en las pistas de baile tablas de los teatros. La Llamada, el musical de Javier Calvo y Javier Ambrossi, vuelve al Teatre Poliorama de Barcelona como parte de su gira de celebración de 10 años para llevas a cabo su mantra principal: «lo hacemos y ya vemos». Una década después, parece que no les ha ido tan mal.

Segovia. Campamento cristiano La Brújula. Bernarda (Marta Valverde), una monja recién llegada, quiere salvar el campamento con su canción “Viviremos firmes en la fe”. La Hermana Milagros (Estrella Xtravaganza), una joven con dudas, recuerda lo mucho que le gustaba Presuntos Implicados. Y María (Nerea Rodríguez) y Susana (Angy Fernández), dos adolescentes castigadas, tienen un grupo que se llama Suma Latina. Pero desde que Dios (Richard Collins-Moore) se le aparece a María una noche, todo está cambiando. Y es que a Dios le encanta Whitney Houston.

Quien tras estos 10 años de puesta en escena sobre las tablas de toda España, mas una película homónima, aun no conozca La Llamada, puedo decir que, efectivamente, vive desconectado del mundo.

Este musical underground en sus inicios, no hay que olvidar que inicio funciones hall del Teatro Lara de Madrid, se ha convertido en un hito que revoluciona las plateas de los teatro que pisa. Solo hay que ver la venta de entradas que actualmente tiene en cada una de las ciudades que visita. En varias de ellas, el espectáculo ha colgado el cartel de “no hay localidades” y eso es todo un logro en su, ya, décima temporada. Dos giras por más de 30 ciudades (incluyendo Moscú) y más de 2.000.000 de personas avalan un éxito que ni los Javis pensaban que iban a tener en su inicio.

Y todos nos preguntamos, ¿cuál es el «truco» de su éxito? Pues, a mi parecer, a parte de que el show fue creado bajo una idea muy millennial (una epopeya en clave Disney con números musicales que sigue el desarrollo de una comedia romántica pero que, finalmente trasciende y juega con todos estos géneros para terminar siendo un canto a la libertad y al primer amor) con la que atraer a los que vivieron la época en la que todo ocurre; pienso que su éxito radica en un guión cachondo y lleno de descaro interpretado por actrices que se suben cada noche a las tablas con una misión: la intención de jugar hasta el límite.

Si bien es cierto que el guión está tan bien hilado que hace que te metas de lleno en el mundo de La Llamada sin, posiblemente, ser religioso (parece que ir al colegio del Opus marcó mucho a alguien) y sin ofrecer dudas o barreras al respecto; el límite de la incredulidad se basa exactamente en como el elenco te lo vende. Y, ahí, los Javis siempre han tenido buen ojo para escoger a los intérpretes perfectos para ellos.

Empezando por sus protagonistas: Nerea Rodríguez es la Maria perfecta (sin obviar a la portadora de verdad: Macarena García) por la gran dulzura y entrañabilidad que desprende. Sus ojos perdidos buscan continuamente una respuesta a lo que está viviendo y la comprensión del público la abraza instantáneamente, llevándonos con ella casi de la mano.

Por su parte, Angy Fernández escenifica a una perfecta Susana. Su descaro, su desparpajo y su lengua falta de contención hacen que dé rienda suelta a un personaje con el que disfrutar. Maria debe estar más comedida pero Susana, como diría la madre superiora Bernarda, es la terrorista del show. Y Angy sabe muy bien qué hacer para que todo reviente y nos divirtamos.

Junto a ellas, Marta Valverde nos presenta a una Bernarda de la que es experta y, con la cual, se nota que disfruta. Ese momento de Libres en la fe o el momento en el que reconoce quién interpreta las canciones que Dios canta a Maria… ahí!, ahí es cuando Marta se revoluciona y nos atrapa. De una monja superiora encorsetada a una persona totalmente distinta, solo Bernarda; una persona que disfruta con lo que vive, con lo que hace. Ella, siempre dada a la comprensión, por favor, que comprenda que llevar calcetines blancos con sandalias NO es bien (risas).

Richard Collins-Moore, o como le podemos llamar: el Dios original, es actualmente el más veterano de la producción. Él estableció las bases del personaje hace más de 10 años y, aunque ha tenido momentos de descanso, siempre vuelve para regalarnos un Dios distinto. Cada vez que vuelvo al musical y le veo bajar las escaleras, Richard me ofrece algo distinto; permitiéndose la licencia de jugar de una forma distinta con las canciones y con la provocación que ejerce. ¡Bravo!

Por último, destacar el trabajo de la última persona en incorporarse al show, Estrella Xtravaganza como la Hermana Milagros. Ella tiene, posiblemente, el personaje más entrañable y dificultoso de la obra. Un personaje al que todos necesitamos coger cariño solo aparecer en escena y que tantas actrices han dado vida de forma icónica (Belén Cuesta, Erika Bleda, Roko…). Estrella consigue fácilmente meterse bajo la piel de la Hermana Milagros para ofrecernos un cóctel de ternura, risas, dudas existenciales y valentía que echa para atrás. Con una interpretación muy similar a sus predecesoras pero, a la vez, otorgándose licencias personales, Estrella Xtravaganza se nos gana a todos con su primera frase. Su comedia física es perfecta y, por fin, podemos ver desde un inicio como la hermana Milagros duda de la elección que tomó en su vida al hacerse monja. Durante toda la obra, podemos notar el «run run» en su cabeza y cómo éste despega tras interpretar «todas las flores». Solo hace falta ver cómo la aplaude el público en los saludos finales. No hay nada más que decir.

Por último, mención especial a la banda de Dios; quienes ponen la banda sonora del espectáculo en directo cada noche. Es una alegría disfrutar de música en directo cada noche.

De nuevo, como indicaba anteriormente, si no sabes qué es La Llamada, El Musical, ¿de qué cueva acabas de salir? Corre al Teatre Poliorama de Barcelona para disfrutar de la palabra de Dios, él necesita bailar contigo. Si ya has visto el musical, ¿porqué no repetir? Yo ya he perdido la cuenta y sé que esta no será la última.

Crónica realizada por Norman Marsà

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