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21.06.2024 Críticas  
El fin – Crítica 2024

El Teatro Español de Madrid acoge el estreno absoluto de El fin. Una comedia apocalíptica escrita por Paco Gámez y dirigida por José Martret que nos enfrenta a diez horas aceleradas y absurdas durante las cuales una profesora de secundaria debe cumplir sus últimos deseos antes de que se desate el fin del mundo.

Lina Martínez, interpretada por Toni Acosta, es una profesora de secundaria que, en mitad de sus clases, descubre la noticia más improbable: el planeta va a explotar. La presidenta del gobierno (divertidísima Silvia Abril) anuncia que el apocalipsis es inminente. En poco más de diez horas el globo y todos sus habitantes desapareceremos. El caso se desata en las calles y Lina dispondrá de ese brevísimo tiempo para asimilar cuales son sus últimos deseos y perseguirlos. En el proceso lidiará con un amante insustancial (Ruben de Eguía), un oráculo en forma de camarera serbia (Marta Malone), una monja acelerada (Astrid Jones) y un alumno filósofo, cultivado y reflexivo que se oculta tras el fracaso escolar y el consumo de drogas (Pepe Sevilla). También hará hallazgos más personales que le ofrecerán una nueva perspectiva de sí misma. Conocerá la verdadera historia de su abuelo (Juan Carlos Sánchez), encontrará los puentes para conectarse con su madre (Esperanza Elipe) y descubrirá facetas en su hijo (Álex Mola) que le eran hasta ese momento desconocidas. Ese viaje personal y sus protagonistas confluirán en un acto metateatral, quizá demasiado literal, en el que Lina será la primera actriz.

El texto de Paco Gámez, que fue ganador del II Certamen Internacional de Comedia organizado por el Teatro Español, reflexiona sobre la conducta humana, las relaciones familiares y la propia identidad, pero lo hace de una manera en cierto modo atropellada. En su estilo se aprecian fuentes reconocibles como Mihura o Poncela. Juega con la exageración, coquetea con la peripecia absurda y rebaja el tono de las conversaciones a una charla sólo formalmente elevada. El resultado es una pieza ligera que aborda temas que podrían tener un larguísimo recorrido, pero que ofrece como píldoras anecdóticas. Es divertida y accesible a un público poco demandante, que la disfruta quizá por encima de sus propias posibilidades. No puedo hacer objeciones materiales, pero había sustancia y una idea que podía ser génesis para un producto con formas menos comerciales. No obstante, la ejecución es brillante y eso arrastra a una platea que desde el primer minuto muestra su entrega aplaudiendo cada entreacto.

En la parte de dirección, Martret se apoya en un elenco soberbio, que apura cada uno de los matices que ofrecen sus personajes, aunque algunas interpretaciones se vean lastradas por caracteres demasiado estereotípicos que dan poco margen a desarrollo. El conjunto es, pese a todo, notable, especialmente en el trabajo de Toni Acosta, omnipresente en escena, que evita dejarse arrastrar por el exceso (gran tentación) y realiza una interpretación ágil y muy divertida.

El excelente equipo artístico aprovecha los medios que la producción del Teatro Español y Come y Calla ponen a su disposición. Alessio Meloni firma una escenografía que juega en altura y profundidad con elementos que generan dinámicas muy interesantes. David Picazo en la iluminación y Sandra Vicente en el diseño sonoro hacen lo propio, y cierra el capítulo la composición musical de Mariano Marín y la videoescena de Emilio Valenzuela y Joan Rodón, que tienen un papel protagonista. Es también reseñable el vestuario que propone Ana López Cobos, que juega con claros códigos cromáticos que concurren en el final de la obra en una gran variedad de verdes (como el vestido verde de Adela en la casa de Bernarda Alba que tiene su propio espacio en el montaje).

El fin es una propuesta divertida, soportada por un elenco y un equipo artístico magnífico, que simula ahondar en las grandes preguntas y se queda en un dislate demasiado ligero. Es refrescante y claramente atrae a un público que se entrega sin reparos, pero no logra arrastrarme. Supongo que quizá sea un problema de expectativas, y yo esperaba más de una producción que cierra temporada.

Crítica realizada por Diana Rivera

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