Si la semana pasada la Banda Municipal de Barcelona despedía su temporada en el Auditori de Barcelona con la Rhapsody in Blue de George Gershwin, esta lo ha hecho la Orquestra Simfònica del Vallès en el Palau de la Música de Barcelona con otro gran título del genial compositor estadounidense: Porgy & Bess. Y además, con invitados de excepción…
La OSV siempre sabe innovar, sea en formato, espacios o programa. En este caso, para despedir la temporada 2023-24 en el Palau de la Música, el veterano director invitado Víctor Pablo Pérez condujo un programa en torno a dos piezas que, en realidad, eran mucho más.
Abrió la velada el «Retrato de Lincoln» que compusiera en 1942 Aaron Copland a petición del director André Kostelanetz. La OSV abordó con mucho tino esta primera pieza, trazando sus tres secciones con sensibilidad (el hombre, el momento y su grandeza), y dibujando perfectamente esa abstracción del alma americana que Copland tan bien «falseaba», mezclando lo folclórico, el espíritu de la frontera y el sueño de los grandes espacios.
Aquí, lo folclórico se articula en torno a dos pequeñas referencias a «Camptown Races», originalmente del minstrel pero muy ligada mediante su parodia a la campaña presidencial de Lincoln, y «Springfield Mountain», que habla de los pioneros… y de una muerte accidental. Acompañó a la banda como narrador de textos escogidos del presidente Lincoln (una tradición de la pieza) Òscar Camps, fundador de la ONG Proactiva Open Arms: las proclamas a la defensa de la igualdad, a la abolición y a la lucha por los derechos humanos, tenían en su boca un sabor muy especial.
Para la segunda mitad del espectáculo, tres artistas más entraron en escena: Marco Mezquida al piano, Marko Lohikari al contrabajo y el veterano David Xirgu a la batería. Junto a la OSV, iban a interpretar una (bastante) completa suite de Porgy & Bess, la ópera negra a partir de la novela de DuBose Heyward que en 1935, poco antes de morir, estrenara George Gershwin. En este caso, una versión del medley Porgy and Bess: A Symphonic Picture que orquestara el buen amigo de Gershwin, Robert Russell Bennett. Pero además, emulando lo que ocurriera en el mismo Palau 30 años antes con Tete Montoliu y el mismo director Víctor Pablo Pérez: con el trío de jazz improvisando junto a la orquesta.
Los elementos se interpolaron en contadas ocasiones (más hacia el final), lo que sí ocurrió a menudo, y fue mágico, fue que el trío improvisaba variaciones tras cada segmento que interpretaba la orquesta. ¡Y qué variaciones! Aunque los tres músicos conversaban a menudo y tuvieron sus momentos álgidos (incluyendo un solo de batería de Xirgu que levantó aplausos), en general fue el virtuosismo de Mezquida lo que se convirtió en un flamante polo de atracción, moviéndose y levantándose sobre su piano con una fuerza, una garra y una agilidad totalmente poseídas de jazz, perfectamente personales, pero nunca demasiado alejadas de Gershwin. Y siempre finalizando cada improvisación en un puente perfecto que daba pie a la orquesta para seguir sus evoluciones.
«Summertime», «I Got Plenty o’ Nutting», «There’s a Boat Dat’s Leavin’ Soon to New York», «It Ain’t Necessarily So», junto a fragmentos menos conocidos de esta ópera folk (como sus overturas o la música de la tormenta), pero igualmente poderosos, construyeron un retrato de la comunidad de Charleston, Carolina del Sur, y de las múltiples historias que se cruzaban allí, culminando en el desolado pero esperanzador «Oh, Lawd, I’m on My Way». El diálogo entre la orquesta y el trío de jazz fue magnífico, enriquecedor, una verdadera experiencia única. Se habla mucho de las «noches mágicas» del Palau: esta fue sin lugar a dudas una de ellas. Y en virtud a su carácter parcialmente improvisatorio, el apelativo de «irrepetible» no es aquí manido.
Terminó la velada con dos bises maravillosos: el primero, una versión del trio de «I loves you Porgy», solventando así su ausencia de la suite. Arrancó con Mezquida tocando directamente el arpa del piano con la mano. Tremendamente sensible y hermosa reivindicación del personaje de Bess. Y para terminar por todo lo grande, un arreglo especial de Àlex Martínez para orquesta simfónica y trio de jazz de «Sing Sing Sing» de Louis Prima que tan grande hiciera Benny Goodman. Una verdadera fiesta a cargo de la OSV y Mezquida para despedir la temporada en el Palau, con aplausos entregados de la concurrencia.
Crítica realizada por Marcos Muñoz