Producciones Teatrales Contemporáneas presenta en el Teatro del Centro Cultural de la Villa Fernando Fernán Gómez de Madrid la obra Un delicado equilibrio de Edward Albee, dirigida por Nelson Valente.
Una pareja de clase alta en los suburbios de los Estados Unidos de los años sesenta se enfrenta a sus tensiones internas y sus propios miedos cuando el equilibrio en el que viven se ve perturbado por la visita forzada de sus vecinos y la vuelta a casa de su hija.
La obra, escrita por Edward Albee y ganadora de un premio Pulitzer en 1967, plantea una situación aparentemente sencilla que permite al autor profundizar sobre las tensiones que a veces se ocultan bajo la tranquila vida de una acomodada pareja. Agnes y Tobías, interpretados magníficamente por Alicia Borrachero y Ben Temple, son una pareja que vive en un barrio residencial de los Estados Unidos en los años 60. Con ellos vive la excéntrica y alcohólica hermana de Agnes, Claire, a la que pone voz Manuela Velasco. A pesar de las tensiones que esta situación puede traer a la pareja, los miembros del hogar mantienen un delicado equilibrio que es interrumpido por la aparición de los mejores amigos de Agnes y Tobías, Cristina de Inza y Joan Bentallé interpretando a Edna y Harry. Éstos huyen de un impreciso terror que se ha instalado en su hogar y se mudan a la casa. La vuelta al hogar al día siguiente de la inmadura hija de Agnes y Tobías, Julia (Anna Moliner), tras un nuevo fracaso matrimonial acabará por fragmentar el equilibrio. Julia reclamará de una manera un tanto infantil su antigua habitación, ahora ocupada por Edna y Harry, lo cual pondrá a Agnes y Tobías en una situación en la que su dinámica de pareja les llevará a enfrentarse a problemas largamente ocultos.
Edward Albee aprovecha esta historia para reflexionar sobre la pareja a través de esas conversaciones difíciles, pero que son necesarias o incluso imprescindibles, por mucho que se pospongan. Sus personajes son de un estrato social elevado, culto, y esto se refleja en sus discursos. Los reproches, desaires, o enfrentamientos siempre tienen un aire de discurso académico, y este elevado sentido de la prosa, que seguramente colaboró a los numerosos premios que recibió la obra, puede jugar en su contra en la actualidad. Es posible que una traducción más flexible, y una adaptación que trajera este magnífico texto a tiempos más contemporáneos consiguiera que los espectadores nos sintiéramos más identificados con estas situaciones tan americanos en las que se bebe a todas horas. Las reflexiones intemporales sobre la pérdida, el desafecto, la tristeza, el distanciamiento y la soledad que comparten estos personajes se nos hacen un tanto distantes, en una vida que quizás ya no existe.
En la parte técnica Lua Quiroga Paul se encarga de diseñar un escenario a dos niveles que refleja perfectamente la sofisticación del hogar de Agnes y Tobías, asumiendo también la responsabilidad de un vestuario que nos lleva perfectamente a esa época de la América dorada. Ion Aníbal López se encarga de traer el día y la noche al escenario con una iluminación destacable.
Un delicado equilibrio nos plantea una reflexión sobre la delicadeza del modelo de familia feliz y lo fácil que una perturbación en nuestras vidas puede acabar desbaratando todo nuestro mundo.
Crítica realizada por Diana Rivera Miguel