El teatro Quique San Francisco de Madrid acoge la comedia Un buen colchón, escrita por Paula Llorens y dirigida por Israel Solà. La obra, que supone una crítica al consumismo y la obsesión por las últimas tendencias, está protagonizada por Carlos Chamarro, Veki Velilla y Víctor Palmero.
¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar por un colchón de calidad? El sistema económico en el que estamos inmersos necesita personas adictas al consumo que, aunque tengan cada vez más cosas, sigan comprando cada día. Y es que la adicción a comprar se ha convertido en un problema de nuestra sociedad. Si no que se lo digan a los protagonistas de Un buen colchón. Bárbara y Andrés son una joven pareja de treintañeros que deciden irse a vivir juntos, la primera noche tras la mudanza, ya tumbados en la cama, leen una noticia que capta toda su atención: “un futbolista de primera división duerme en un colchón de 45 mil euros”. Esa misma noche, Andrés tiene una revelación: de un colchón así también deben beneficiarse ellos.
Con este punto de partida, la dramaturga Paula Llorens, ha escrito una farsa que se basa en la realidad, pero va un paso más allá porque exagera los hechos para causar la risa y la crítica de lo que se está representando. Estamos frente a un texto burlesco y cómico con el que, no sólo se pretende entretener y divertir, sino también lanzar un mensaje social desde la comedia y el humor. Todo esto también se logra gracias a la presencia de un narrador, recurso del que se sirve su autora para, a través de sus palabras, gestos y expresiones, sumergir al público en el mundo de la obra, dando información clave y creando una íntima conexión con los espectadores y espectadoras y los personajes de Un buen colchón. Qué buen trabajo realiza el actor Carlos Chamarro, ayudando a establecer el tono y el estilo de la historia, proporcionando información adicional sobre los protagonistas y los acontecimientos. Su sentido del humor, su eficacia en la colocación de las palabras y los silencios y su versatilidad a la hora de interpretar varios personajes son excelentes.
Por otro lado, Veki Velilla y Víctor Palmero dan vida a Bárbara y Andrés, la pareja protagonista. Velilla nos regala un trabajo interpretativo sólido, convincente y fresco, muy bien arropado por el trabajo de sus compañeros. Palmero demuestra que se desenvuelve de maravilla en este tipo de comedias, derrochando aplomo y vis cómica, y deleitándonos con algunas de las escenas más hilarantes de toda la función. Sin duda, uno de los grandes alicientes para ver Un buen colchón es su extraordinario elenco formado por tres de los actores más versátiles del momento actual. Un trío interpretativo que funciona muy bien y consigue ganarse la atención del público de principio a fin.
Gran parte del mérito de que la función transcurra mucho dinamismo es de Israel Solà, director de escena. Ritmo en el discurso verbal de los tres actores y en el movimiento escénico. Además, un montaje muy potente a nivel audiovisual en el que destaca la escenografía de Silvia de Marta, que recrea diferentes lugares en los que transcurre la acción, y la iluminación de Enrique Chueca que acompaña a cada escena.
Un buen colchón es uno de esos montajes, nada pretencioso, con los que te ríes y reflexionas a partes iguales. Otra de las claves del éxito que está teniendo es su reparto, un elenco variopinto y con mucha química que supone una bocanada de aire fresco en la cartelera madrileña.
Crítica realizada por Patricia Moreno