Club Caníbal presenta en las Naves del Español en Matadero de Madrid, Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro, coproducción del Teatro Español y Triple F. Una sátira mordaz y afilada que disecciona los peligros del negacionismo climático y las señas de nuestra identidad nacional.
Chiqui Carabante, Font García, Vito Sanz y Juan Vinuesa o, lo que es lo mismo, Club Caníbal; regresan con una obra disparatada y ácida en la que el humor negro, la irreverencia y el desprejuicio desnudan las miserias de nuestro patriotismo y los riesgos que acechan tras los populismos políticos.
El alcalde de un pueblo vecino a un Parque Natural, en el que resuenan ecos rocieros, se enfrenta a un dilema. Los agricultores que lo han elegido se sirven para sus cultivos de un pozo ilegal que la Unión Europea amenaza con cerrar, porque la sobrexplotación del acuífero pone en riesgo el futuro del espacio protegido. Ante el conflicto, el alcalde, que no quiere perder la confianza de su partido y de su electorado, optará por la mentira más elaborada posible y, con intervención divina y aparición mariana mediante, iniciará una huida hacia adelante que fluctuará entre el esperpento y el mayor de los absurdos.
Señoritos, agricultores, políticos sin escrúpulos, el Papa, Juan Carlos I, Bertín Osborne, o Greta Thunberg son algunos de los muchos personajes que se dan cita en esta comedia delirante, aunque la enumeración parezca salida de una canción de Joaquín Sabina. El humor, muchas veces surrealista y siempre crítico de este montaje disecciona las picarescas de nuestra identidad nacional con mordacidad. Nada queda en su sitio, ni siquiera el escenario. El retrato es fiero y reconocible. Identificamos los pelotazos trufados de corrupción política, el fanatismo religioso o el de la bandera, la cortedad de visión de quienes niegan la evidencia del cambio climático, y esa inevitable cutrez que arrastra lo carpetovetónico.
Vinuesa, Sanz y Font, con el apoyo omnipresente del músico Pablo Peña, ponen en pie esta sátira que fluye con ritmo titubeante en su primera mitad pero se vuelve frenética, sobre todo en su último tercio. Los tres actores interpretan personaje tras personaje, haciendo cambios a velocidad endiablada sin perder agudeza, sudando literalmente litros en el proceso. No es justo pararse en ninguno de ellos, porque los tres forman los vértices de un triángulo perfecto. A petición de la trama juegan entre la parodia y el retrato, pero siempre mordaces y divertidos.
Este montaje delirante encuentra su sitio físico en el diseño escenográfico de Walter Arias. El espacio se salpica de muchos elementos que juegan entre lo paródico y lo simbólico, pero manteniendo una visión naif que conversa bien con el tono que Carabante imprime en la dirección, y que Benito Jiménez firma en la iluminación.
Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro es gamberra, irreverente e histriónica, pero muy certera en sus conclusiones. No hay concesiones piadosas, y por eso resulta tan ácida y divertida. Desde el humor más negro nos dibuja una sociedad interesada y obtusa, que se desliza hacia un final caótico. Reconozco que habría reído más libremente las evoluciones de este montaje delirante si hubiera sido capaz de olvidar que tras la sátira se esconde el retrato del árido destino que compartiremos todos. Pese a todo, qué grande es este Club Caníbal.
Crítica realizada por Diana Rivera Miguel