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01.03.2024 Críticas  
Esperant Mr. Bojangles – Crítica 2024

El Teatre Poliorama de Barcelona presenta Esperant Mr. Bojangles; una obra bajo la dirección de Paco Mir que, interpretada por Sílvia Abril, Lluís Villanueva y Lua Amat, nos acerca al mundo de las enfermedades mentales a través de una familia atípica que vive la vida de una forma muy distinta a lo que estamos acostumbrados.

Esperant Mr. Bojangles es la primera versión teatral en catalán del best-seller «En attendant Bojangles» del escritor francés Oliver Bourdeaut, adaptada y dirigida por el actor, productor teatral y artista plástico Paco Mir.

Inspirada en la alocada pareja formada por los escritores Scott y Zelda Fitzgerald, la obra narra la vida de una estrafalaria familia, tierna y divertida a través de la mirada maravillada de la hija de esos padres tan poco tradicionales. La historia de una pareja que se quiere como nunca se había querido nadie, la historia de una familia tan tierna como alocada, que vive la vida sin ponerse límites. Para ellos, los días son un Carpe Diem llevado al extremo. Su lema es: si lo imagino, es posible.

Tienen por mascota una grulla damisela, y cada dos por tres organizan fiestas sonadas en su piso de Francia o en su castillo en España. El padre (interpretado por Lluís Villanueva) es escritor, pero desempeña los trabajos más curiosos y cada día rebautiza su mujer con un nombre diferente. La madre (interpretada por Sílvia Abril) es explosiva e impredecible, pero su carácter excéntrico empieza a derivar en un trastorno mental que, a través de mentiras piadosas, él intentará endulzar ante su hija (interpretada por Lua Amat).

Aunque la historia que vemos en escena, versa sobre sus progenitores, esta es también es la historia de esta niña que, con Mr. Bojangles de Nina Simone como banda sonora, intentará buscar respuesta a la pregunta que se hace cada noche: “¿Cómo lo harán los otros niños para vivir sin mis padres?”. A través de sus ojos, el público es testigo del amor incondicional, los abismos de la locura y el poder de la ficción, porque cuando la realidad es triste y aburrida, lo mejor es inventar una buena historia.

La versión teatral de este best-seller francés presenta a la hija de ambos quién, en una perspectiva explicativa y de recuerdo, nos presenta la vida de sus atípicos padres desde que se conocieron hasta la actualidad.

Ella, interpretada por Lua Amat, nos presenta todas las incógnitas que, como niña, vivió desde pequeña; entre ellas, ¿porqué sus padres eran tan diferentes a los del resto?. Lua nos presenta una interpretación fresca, joven y cercana con el público, el cual, se vuelve su confidente solo empezar. Es un placer poder disfrutar de la pausada y marcada forma en la que Lua Amat cuenta la historia. Con una delicadeza extrema y una dicción perfecta y clara, la actriz consigue que entremos de lleno en una historia divertida que nos tocará el corazón en muchos momentos y que, días más tarde, aun recuerdo con nostalgia y el corazón compungido.

Junto a ella, encontramos a Lluís Villanueva quien da vida al padre de familia. Un vitalista escritor que no concibe una vida sosegada y monótona. Desde su primera aparición, sabemos que es una persona que sabe buscarse y labrarse una vida. Hoy es una cosa, mañana será otra. Su forma de ser es muy nómada y no se ata a nada ni a nadie hasta que aparece una mujer que lo encandila con su exuberancia y perfecto sentido del humor. Ahí, su vida pasa a ser de servidumbre a su perfecta y divertida mujer que le hace la vida más feliz. Villanueva nos presenta así a un personaje feliz que ha recorrido la vida. Alguien que vive con una sonrisa permanente en la cara y que sabe reinventarse como nadie para empezar de nuevo sin rencores. Su personaje cambiará internamente con una progresión constante a la historia y nunca perderá la tenacidad que le caracteriza.

Completando el elenco, encontramos a Sílvia Abril quien interpreta a la madre de la familia. Una persona divertida, alocada y extravagante a la par que exuberante que llena la escena cada vez que aparece. Como si de la realeza se tratara, su aparición estelar no deja al público indiferente y, con ella, como es de esperar, se arrancan las risas del espectáculo. Realmente, nunca sabremos cómo se llama el personaje, dado que a cada momento que aparece, su marido la bautiza con un nuevo nombre, como parte de un juego de pareja que se inicia la noche en que se conocieron. Ella lleva la batuta en la familia pero, poco a poco, y de forma casi imperceptible, las extravagancias que disfrutamos en escena empiezan a rozar la locura. Es cuando el personaje de Sílvia Abril mostrará una cara distinta a la que la actriz cómica nos tiene acostumbrado y cuando, realmente, el público empezará a entender la historia.

En la parte técnica, destacar el fantástico trabajo coreográfico de Marta Tomasa en la totalidad de la obra; ya que el personaje interpretado por Sílvia Abril no deja de bailar de felicidad en toda la obra. Como si de un vals infinito se tratara, la madre aparece y desaparece en escena flotando sobre un manto de felicidad que opaca el porqué en un inicio de la obra y que, más tarde, entenderemos.

La escenografía e iluminación de Mariona Ubia son un gran acierto para esta obra que, con un fondo que no cambia y unas cuantas cosas de atrezzo, se consigue que nos movamos entre París y España de una forma casi mágica. Destacar la última escena en la que vemos solos a la pareja en un momento decisivo de sus vidas que, sencillamente, nos hará abrir el grifo del llanto.

Con Esperant Mr. Bojangles, Paco Mir ha sabido encontrar un texto que remueve al público y le hace florecer tantos sentimientos a la vez que lo dejan clavado a la silla. El ritmo de la obra es sencillo y tierno y, aunque la historia muestra multitud de épocas distintas en la vida de esta peculiar familia, Paco Mir nos va preparando para los momentos más «especiales» y «familiares» mientras, poco a poco, nos adentramos en la historia.

Si bien es cierto que la obra toca el tema de las enfermedades mentales, la forma de mostrarlas y hacer al público entender que siempre han estado ahí es directa y efectiva. Sí, no lo voy a negar, me reí muchísimo durante toda la obra, sobretodo en los momentos más cómicos de la pareja. Pero, donde realmente disfruté, fue al notar cómo esta historia cambiaba poco a poco, cómo el trabajo que se realizaba en escena hacía que el público fuera notando cosas que no están explícitamente en el texto para, finalmente, darse cuenta de la realidad. Una realidad que consiguió derrotarme emocionalmente en las incómodas butacas del Poliorama. Porque si hay algo que trascendió, es que ahora mismo escucho Mr. Bojangles de Nina Simone de una forma distinta y delicadamente emotiva.

Crítica realizada por Norman Marsà

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