El pasado 19 de febrero, el Palau de la Música Catalana de Barcelona presentó un concierto de celebración del Centenario del nacimiento de Victoria de los Ángeles. Ermonela Jaho y la Franz Schubert Filharmonia interpretaron las arias más emblemáticas de Puccini y, en la segunda parte de la velada, estrenaron la nueva sinfonía que Albert Guinovart ha compuesto para celebrar el centenario del nacimiento de la conocida soprano barcelonesa.
Ermonela Jaho, una de las sopranos más apreciadas, aplaudidas y respetadas del panorama operístico mundial fue la encargada de abrir la noche de la celebración del Centenario del nacimiento de Victoria de los Ángeles. Habitual de los mejores teatros de ópera de todo el mundo, Jaho hizo el lunes su debut en el Palau de la Música Catalana de Barcelona acompañada de la Franz Schubert Filharmonia.
Ermonela Jaho es nombrada por su electrificante y magnética presencia teatral. Pocos cantantes logran una identificación tan alta con sus papeles, una veracidad y una emoción profundamente conmovedora. En el escenario, Jaho vive con sus personajes: se alegra, se enfurece, se entristece, se rasga y se angustia con ellos, haciéndonos partícipes de ese momento tan único. Su voz fascina por su belleza, una técnica maravillosa y unos exquisitos fiatos con los que pudo deleitarnos la pasada noche.
El repertorio que Jaho presentó junto a la sinfónica estuvo basado en las grandes arias de Puccini. Así, pudimos disfrutar de “Sì. Mi chiamano Mimì”, aria de Mimí en La Bohème; “Tu che di gel sei cinta” aria de Lui en Turandot; una fantastica “Senza mamma” de Suor Angelica; “Un bel dì, vedremo” aria de Cio-Cio-San “Butterfly” de Madama Butterfly y, finalmente, la conocida “O mio babbino caro”, aria de Lauretta en la ópera Gianni Schicchi.
Aunque la interpretación vocal estuvo a la altura de la noche y Jaho nos deleito con sus controlados cambios de potencias, fiatos y una excelente coloratura en la voz, me faltó la sensación de calidez interpretativa de los roles. Es difícil poder transitar de una opera a otra y de un personaje tan diferente a otro, pero me faltó emoción en la interpretación para que las arias me llegaran a conmover. Fue técnicamente perfecta pero con una falta interpretativa notable.
Por su parte, la Franz Schubert Filharmonia presentó, en esta primera parte, dos piezas exclusivamente musicales que arrasaron con la emoción del respetable. Iniciando el concierto con el preludio del tercer acto de la ópera Edgar y, hacia mitad de la primera parte, interpretando el Intermezzo
de la ópera Suor Angelica; la Franz Schubert Filharmonia dirigida por Tomàs Grau se metió al respetable rápidamente en el bolsillo con una interpretación excelsa.
En la segunda parte del concierto, pudimos disfrutar de un gran estreno musical. Albert Guinovart, quien mantiene una estrecha relación con Franz Schubert Filharmonia, de la que fue el primer artista residente (juntos han estrenado la ópera Alba Eterna (por encargo de la propia formación), varias obras por corazón y orquesta, obras para solista y orquesta y, también, en múltiples ocasiones en los últimos 15 años, el propio Guinovart ha sido invitado como solista al piano acompañado por Franz Schubert Filharmonia), presentó su Simfonia dels Àngels.
Simfonia dels Àngels es una partitura, dividida en 5 movimientos (I arribà un àngel, Remembrances, Che luce è questa, Alegria y The angels come to visit us) que homenajea a Victoria de los Ángeles haciendo un recorrido musical por su vida y su persona. Cinco movimientos llenos de sentimiento que incluyen fanfarrias, andantes y momentos espectacularmente remarcables que consiguieron hacer florecer los sentimientos en más de una ocasión. La sinfonía, ideada casi exclusivamente para orquesta, ofreció dos momentos estelares cantados por la misma Ermonela Jaho que consiguieron emocionar al público presente.
Aunque la primera parte del concierto no consiguió llegarme tanto como esperaba, el homenaje de la Franz Schubert Filharmonia a Victoria de los Angeles fue una delicia con la que pudimos deleitarnos en directo, Y, ¡atención! que el concierto se grabó para su posterior disfrute en la plataforma Palau Digital. Próximamente podrá verse en diferido.
Crítica realizada por Norman Marsà