La obra cumbre de Antón Chéjov, Tío Vania, llega al Teatro Fernán Gómez de Madrid de la mano del director Juan Pastor de la Compañía Guindalera. Con un elenco de lujo cuenta la historia de una familia que vive en el campo y que tiene varios conflictos.
Acudir al teatro para ver una obra de Chéjov siempre es una elección acertada para los amantes de los escenarios, y si además te sorprenden con una nueva perspectiva y una ocurrente puesta en escena, donde las actuaciones se dan la mano con un texto maravilloso que sigue impactando por su vigencia, realmente es una oportunidad que no hay que dejar escapar.
La compañía madrileña Guindalera estrena esta propuesta, respetando escrupulosamente el texto del dramaturgo ruso, con versión y dirección de Juan Pastor. En esta ocasión, los personajes narran lo que sucedió tiempo atrás en la hacienda en la que vivían y trabajaban sin descanso Vania y su sobrina Sonia. Junto a ellos vivía la madre de Vania y también recibían ocasionalmente la visita de un médico de quien Sonia estaba enamorada. La hacienda es administrada por Serebriakov que, llevando consigo a su segunda esposa, desestabiliza la rutina diaria del resto de personajes. Una crónica de la impotencia y del sentido trágico de la vida donde nadie ve una salida porque las expectativas acaban siendo opciones frustradas.
Dicha versión está repleta de monólogos donde los actores y las actrices se dirigen al público para explicar lo que sucedió, tal vez asumiendo que la historia original debe desarrollarse con agilidad y sentido del espectáculo en esta adaptación que nos permite comprender a sus personalidades hasta la perfección. De este modo, Pastor otorga una mayor fuerza al texto, poniendo en primer plano a los personajes y defendiendo el espíritu de la obra.
En la parte del elenco, destacar a Luis Flor y su Vania, cuya actuación excepcional logra transmitir la fuerza y el dolor de su personaje, llevando al público en un viaje inolvidable gracias a su trabajo interpretativo. Alejandro Tous configura un médico lleno de matices que responde a las diversas situaciones que tienen lugar sobre las tablas. Completa el reparto masculino el actor José Maya que cumple de forma total con Serebriakov que se planta en el escenario con gran ímpetu. La parte femenina del elenco brilla de igual manera: María Pastor resalta por la presencia de su personaje en casi todas las escenas, con la elegancia de los pequeños matices que dotan de una peculiar personalidad a la joven mujer del administrador de la hacienda. Gemma Pina desarrolla una gran actuación con la que logra lucirse en varias escenas. Completa el reparto con bastante soltura Aurora Herrero aunque con una voz de escasa proyección. Destacar, también, la química que existe entre todos y todas y que se traspasa al patio de butacas.
Respecto a la puesta en escena, Tío Vania nos brinda un montaje bastante potente a nivel visual en el que destaca la escenografía de María de Alba, funcional y muy efectista, y la magnífica iluminación de Raúl Alonso que le da el toque perfecto al montaje y subraya cada escena del texto.
Crítica realizada por Patricia Moreno