novedades
 SEARCH   
 
 

09.01.2024 Críticas  
Recuerdos de verano en pleno invierno

Las Locuras por el veraneo del autor italiano Carlo Goldoni con versión y dirección de Eduardo Vasco nos ofrece, en la Sala Max Aub de las Naves del Español de Madrid, un trocito de verano en pleno mes de enero.

Dos familias venecianas ultiman sus preparativos para comenzar el veraneo en sus idílicas villas toscanas en Montenero. Coches, compras y pedidos de última hora se vuelven frenéticos; pero resultan especialmente difíciles para una de las dos familias, que tendrá que suplir con trampas e ingenio lo que no puede sufragar económicamente. Mantener las apariencias es lo único que importa y para ello cualquier mentira es bienvenida. Para completar y complicar esta carrera, los celos y las rivalidades se sumarán con un invitado no deseado.

Formalmente Las locuras por el veraneo es una comedia ligera de enredo y amoríos. Sin embargo, analizada con algo más de atención, presenta una crítica ácida y poco amable. Goldoni carga las tintas en los retratos de sus personajes, y a través de su frivolidad plantea una semblanza de las miserias de la élite de su tiempo (la Venecia del siglo XVIII) que Eduardo Vasco traslada y contextualiza en unos felices años 20. El salto temporal en nada afecta a la viveza del retrato social. Ya sea durante el barroco veneciano, en pleno periodo de entreguerras o en nuestras redes sociales contemporáneas, los caracteres que dibuja Goldoni se mantienen universalmente estables y reconocibles. Individuos hedonistas y superficiales inmersos en un culto consumista en el que invierten su tiempo y empeño, aparentando un estilo de vida que son incapaces de sostener.

No obstante, la crítica de Goldoni es amable. Sobre el juicio prevalece el humor y se abstiene de ofrecer moralejas o realizar valoraciones moralistas. El dramaturgo italiano plantea la comedia como una afilada disección de las miserias universales y atemporales, pero tras la ironía del retrato no hay censura y reserva el juicio moral al espectador dispuesto a acometerlo.

Eduardo Vasco ha respetado en su versión esa amabilidad goldoniana y la ha jugado con ella incluyendo pequeños guiños musicales con canciones compuestas por el propio director y versiones de piezas italianas. El resultado es un divertimento fresco en el que sus nueve actores (Rafael Ortiz, Elena Rayos, José Ramón Iglesias, Mar Calvo, Alberto Gómez Taboada, Jesús Calvo, Celia Pérez, Manuel Pico y Anna Nácher) cantan e interpretan manteniendo un protagonismo coral.

La escenografía, firmada por Carolina González, se apoya en pocos pero versátiles recursos. Es sencilla y tiene un indudable gusto art decó que sirve de perfecta plataforma para un protagonista involuntario de este montaje: el vestuario. El diseñador Lorenzo Caprile, autor de los modelos que visten los actores, presenta un vestuario inspirado en los años 20. Elegante, divertido y rico en tejidos y detalles. Cada elemento, desde las joyas a los zapatos pasando por los tocados tanto de hombres como mujeres, secuestra nuestra atención. Por otro lado el número de figurines empleados es abrumador.

Las locuras del veraneo es la obra con la que Carlo Goldoni abrió la Trilogia della villeggiatura (La trilogía del veraneo). A la vista de este primer montaje perfectamente engrasado, sólo podemos desear que Eduardo Vasco y Noviembre Compañía de Teatro (productora) completen el ciclo y nos sigan ofreciendo estas chispas de alegría veraniega. Aunque sea en mitad del crudo invierno.

Crítica realizada por Diana Rivera Miguel

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES