El Teatre Condal de Barcelona programa la esperada Escape Room 2. Esta divertida y sorpresiva obra teatral, cuya primera parte recibió el calor de público y crítica en su estreno en el Teatre Goya a finales del 2018, sobrepasó el éxito teatral y derivó en una adaptación cinematográfica cuyo triunfo fue rotundo. Ahora, el juego no ha hecho más que empezar.
Joel Joan y Héctor Claramunt, artífices de la primera obra, vuelven a juntarse para escribir a cuatro manos un nuevo capítulo (quién sabe si vendrán otros) de esta historia que, automáticamente caló en el público por su novedoso formato y un libreto desternillante.
En un mundo en el que las Escape Room aparecían como setas a lo largo y ancho de las ciudades, la historia creada por Joel Joan y Héctor Claramunt despegó rápidamente en el mundo teatral casi por sorpresa. Una sorpresa que hizo que la primera obra, presentada en Noviembre de 2018, llegara a hacer cuatro temporadas en Barcelona y una gira por Cataluña; llegando prácticamente a las 500 funciones con un total de casi 200.000 espectadores. Tras ello, no pasó mucho tiempo para que Escape Room estrenara su versión en castellano en Madrid, donde estuvo tres temporadas en el Teatro Fígaro. Posteriormente, se han estrenado versiones en países como Perú o México; y, aún hoy, se están preparando nuevas producciones en países como Argentina.
Por otro lado, este remarcable hito se vio complementado en marzo de 2022 cuando se estrenó una versión cinematográfica producida por Arriska Films, Focus Audiovisual y Nakatomi Films, interpretada por Joel Joan, Paula Vives, Ivan Massagué y Mónica Pérez con dirección de Héctor Claramunt. La película fue todo un éxito. Lo mismo ocurrió cuando la misma llegó a TV3, donde fue líder de audiencia, o cuando, este verano llegó a Netflix, donde logró situarse en el número 2 del Top 10 de las más vistas en España; algo que remarcar y sin precedentes para un filme íntegramente en catalán.
Ahora, el juego no ha hecho más que empezar. Juraron que nunca más volverían a hacer un Escape Room, pero se equivocaban. Una tarde cualquiera, Edu, Marina, Rai y Viky (Joel Joan, Paula Vives, Borja Espinosa y Agnès Busquets, respectivamente) se encuentran por casualidad en un novedoso bar regentado por Max (Irene Jódar). Cada uno de ellos llega por una razón pero parece que este encuentro puede no ser tan casual.
Aunque el funcionamiento interno o estructura del espectáculo es muy similar al anterior, Escape Room 2 sigue sorprendiendo al respetable. Y no hablo solo de un guión divertido e ingenioso, que lo tiene; sino de la totalidad del producto que consigue funcionar mejor que un reloj suizo. La historia nos engancha, los personajes son divertidos a la par que patéticos y ácidos pero, si algo hemos de valorar es la parte técnica del show. Empezando por la magnífica escenografía creada por Enric Planas -la cual solo disfrutarla durante el cambio escenográfico que ocurre en sus inicios es una delicia-. Y no hablo solo del momento ascensor (algo muy bien resuelto) sino que puntualizo la facilidad de cambio total de la escena desde sus inicios hasta que el juego comienza. Lo mismo ocurre con la iluminación de Mingo Albir y el espacio sonoro de Darío Diaz. Junto a la escenografía, estos tres departamentos se complementan de una forma tan sencillamente orgánica y efectiva que nos metemos de lleno en la historia casi sin pensar. Bravo por un trabajo tan bien hecho y marcado que, junto al equipo de regiduría del teatro, hace que pasemos de un espacio a otro casi sin darnos cuenta.
En la parte actoral, destacar que la mayoría de ellos (repetidores/as) tiene al personaje de la primera obra tan interiorizado que, el texto fluye entre sus palabras y gestos tan bien que nos creemos lo que estamos viendo desde el primer momento. Además, para el público que ha visto la primera obra, esta segunda parte se presenta como una continuación ideal de los personajes a los que vemos cómo les afectó la primera Escape Room, los traumas que les han quedado y cuánto han cambiado sus vidas en estos años.
Efectivamente, con Escape Room, Joel Joan y Héctor Claramunt han sabido encontrar una franquicia que, si quisieran, podrían extender hasta la saciedad.
El salto de la primera obra a la segunda es significativo en lo que a espectacularidad se refiere pero, realmente, lo que engancha al espectador es un guión compacto e hilarante que da rienda suelta a las situaciones que se generan en escena. Una nueva vuelta de tuerca a una historia que se supera a sí misma.
Crítica realizada por Norman Marsà