La comedia de los errores se presenta esta vez sobre las tablas de la Sala Roja de los Teatros del Canal de Madrid. La obra, una versión de Albert Boronat del texto clásico de Shakespeare y con la dirección de Andrés Lima, llega a la capital para mostrar situaciones imposibles que se sucederán de principio a fin.
Para Shakespeare el teatro no es más que una metáfora de la vida. Y la vida no es más que acción teatral, una representación. No somos sino personas que, mientras vivimos, representamos varios papeles sin descanso alguno. ¿Qué obra tenemos ahora entre manos? La comedia de los errores, esa en la que dos hermanos gemelos y sus gemelos esclavos son separados en medio del mar por una fuerte tormenta. Unos se van con la madre a Éfeso y los otros dos se van con el padre a Siracusa; dos ciudades enfrentadas desde hace mucho tiempo. Hermanos que se buscan por el mar Egeo sin encontrarse mientras todo el mundo los ve y los confunde. Este es el inicio de una serie de descubrimientos que cambiarán sus vidas para siempre.
Todos estos personajes se llevan a cabo con un elenco de seis maravillosos actores: Pepón Nieto, Antonio Pagudo, Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido. Un elenco que se queda tan corto (guiño, guiño) que necesitan llamar al alguien del staff para poder acabar la función. Los seis actores brillan con luz propia y su ejercicio de profesionalidad es intachable (hasta cambiándose de vestuario sobre el escenario porque cada uno de ellos representa a varios personajes distintos, hombres y mujeres), y nadie puede dudar que gracias a su trabajo y talento le sacarían provecho hasta a un prospecto de un medicamento. Se dejan la piel de manera constante con escenas extraordinariamente complejas ante las que sólo queda rendirse y quitarse el sombrero frente a una versatilidad fuera de lo común. ¡Un verdadero recital interpretativo!
Las nuevas técnicas ofrecen a la puesta en escena del teatro clásico la oportunidad de presentarse bajo una renovadora vestidura escénica. La labor del director, Andrés Lima, es destacable a la hora de buscar un nuevo modo de entrelazar de manera eficaz, teniendo siempre a los espectadores y espectadoras como centro del espectáculo, distintos planos y espacios escénicos que permitan la narración de la historia desde una nueva perspectiva llena de agilidad y dinamismo. La comedia de los errores es una obra trepidante de principio a fin, con un ritmo vertiginoso, frenético, dejándolo todo en cada minuto. El planteamiento es aparentemente sencillo pero los resultados son realmente buenos, pues llega rápidamente al público que empieza a sentirse inmerso desde el primer momento en la propuesta dramática que se va a desarrollar durante casi dos horas de duración.
Y la música, a cargo de Sergio Sánchez Bou. Un espacio sonoro fresco, muy lleno de sentido, que sirve como vehículo expresivo a unos personajes definidos y tallados con maestría y que debe enfatizar unos momentos, unas pasiones, donde la incredulidad, los celos, el miedo se miden con el amor en su más hermosa expresión. La intensidad musical está presente en cualquier momento y en perfecta armonía con la iluminación de la que se encarga Pedro Yagüe; provocando que el público avance en una serie de atmósferas que ayudan a entender mejor lo que está sucediendo sobre las tablas de la Sala Roja. Las transiciones, además, sorprenden a lo largo de la función, por ejemplo, con los propios actores bailando o rompiendo la cuarta pared y manipulando parte de los elementos e instrumentos musicales situados en el escenario. Se apuesta por una estética limpia sustentada en la fantástica escenografía de Beatriz San Juan que resulta muy efectista.
Está poco tiempo en la cartelera madrileña pero nadie debería perderse La comedia de los errores porque no hay nada parecido en la escena de la capital. Una obra imprescindible que levanta al público de sus butacas al final del espectáculo para brindar una cerradísima ovación.
Crítica realizada por Patricia Moreno