La compañía La Perla 29 siempre acierta, y esta vez no ha sido menos. Su trayectoria nos ha demostrado que elige bien los proyectos y los trabaja con calma y especialmente, cuidado. Papers de la Guerra, que está en cartelera en el Teatre de la Biblioteca, es uno de estos proyectos en los que la historia sale del escenario para adentrarse en cada uno de nosotros y emocionarnos hasta lo más profundo.
Pepe Castells i Pubill, de la familia Castells, conocida en el mundo artístico de Catalunya por su gran talento y su creación de varias escenografías teatrales –entre otras-, es el protagonista de esta historia sobre la guerra. Cuando se fue al frente, se llevó una libreta que se convertiría en su diario, en su bitácora, en el recuerdo escrito del horror de la Guerra Civil Española. Era el 7 de diciembre de 1937 y Pepe se alejó de su familia y su entorno, Cardedeu, para unirse a combate. A través de las páginas de su diario que ahora salen a la luz para el público, nos adentramos en las vivencias de un hombre que estuvo durante un tiempo en primera línea de combate y que relata en primera persona, aquello que ve, que vive, que observa, que siente y que sufre. Pepe tuvo la valentía de escribir y dejar recuerdo de aquello que vivió. Durante 60 años, sus palabras permanecieron escondidas y no es hasta ahora que su familia decide sacar a la luz este dietario gracias a la idea de Lluc Castells, y bajo la dirección de Rita Molina Vallicrosa y Pau Vinyals.
Quien interpreta a Pepe Castells es el mismo Pau Vinyals, un artista que conmueve al público en cada actuación. Incluso la misma familia de Pepe reconoce que habiendo leído decenas de veces el diario de su padre, se emociona profundamente cuando Pau hace suyas aquellas palabras escritas. Y es que Pau tiene un estilo de interpretación muy característico, donde prima la simplicidad de actuar desde la más pura verdad.
No es la primera vez que Pau Vinyals sube a un escenario para hablar de la guerra. Ya emocionó al público al interpretar El Gegant del Pi, en el Tantarantana, en una obra de autoficción escrita por él mismo. En Papers de la Guerra, Pau Vinyals vuelve a desgarrarse y desgarrarnos. Vuelve a emocionarse y emocionarnos.
Si bien es cierto que la obra empieza con un ritmo tal vez demasiado lineal -precisamente por tratarse al inicio, de la lectura más estricta de las notas- la agitación de las vivencias de Pepe Castells, su preocupación y una guerra cada vez más cruel, hacen que la dinámica interpretativa también se vuelva más visceral y que Vinyals exprese con cada parte de su cuerpo, el dolor que vivió aquel al que interpreta, culminando con un grito-canto desgarrador y finalizando con un himno amargo que remueve las entrañas de todo el que está mirando.
A esta intensidad del actor, le acompañan una iluminación (creada por Judit Colomer) y un espacio sonoro (Arnau Vallvé), también al principio más lineales pero que se van intensificando, acompañando de forma acertada, la interpretación y el relato que se está narrando. Quienes también ocupan el escenario, a parte de Pau Vinyals, son los hermanos Castells quienes, en directo, acaban los detalles de un fresco de ocupa todo el suelo del escenario y nos ubica en una de las localizaciones desde donde Pepe Castells vivió la guerra.
Papers de la Guerra no es solamente una obra de teatro. Es una historia de gran valor documental, un importante ejercicio de memoria colectiva que se nos muestra encima del escenario pero también a través del proyecto editorial que lleva el mismo nombre y que puede adquirirse en el mismo Teatre de la Biblioteca. El dietario escrito por Pepe, algunas de sus ilustraciones y unas postales editadas por el gobierno de la República son algunos de los preciados objetos que forman parte del proyecto diseñado por el estudio gráfico Enserio.
En estos días donde los conflictos y la muerte están llenando las noticias, la obra nos recuerda que las guerras traen gran sufrimiento a las familias que quedan rotas y las personas que quedan con el dolor marcado a fuego en su recuerdo. En este país donde no se ha trabajado suficiente la Transición y en el que se ha dejado que el dolor tenga un espacio demasiado grande al no dedicarle el tiempo necesario para ser expresado, visto, gestionado, reparado… la familia Castells saca a la luz aquello que muchos han silenciado durante años.
Crítica realizada por Maria Sanmartí